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El efectivo es eficaz

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El efectivo sigue siendo el método de pago más utilizado, representando el 85% de las transacciones en todo el mundo.

Peter Drucker escribió « Eficiencia es hacer bien las cosas. Eficacia es hacer las cosas correctas.”1 La eficacia mide si el resultado real satisface el resultado. Aplicada a los instrumentos de pago, la eficacia se puede medir por el volumen total de transacciones, su valor, la tasa de transacciones fallidas, etc.

Medir las transacciones de efectivo es un reto, ya que son anónimas y no están registradas necesariamente a nivel individual. Varios países han emprendido estudios sobre diarios de pago con el fin de comprender mejor el uso del efectivo. Se adjunta una comparación de los resultados de los diarios de pago en siete países en el documento de BCE Consumer Cash Usage: A Cross-Country Comparison with Payment Diary Survey Data2. Los resultados se resumen en la página 49.

En los siete países, el efectivo es el principal instrumento de pago medido en términos de volumen de transacciones, muy por delante de las tarjetas de débito y de crédito. La cuota de efectivo varía significativamente de un país a otro, de 46% en Estados Unidos a 82% en Austria y Alemania. Las tarjetas de débito son el segundo instrumento más utilizado seguido de las tarjetas de crédito. A pesar de todo el bombo publicitario en torno a las “nuevas”, alternativas de pago, incluyendo billetes móviles o monedas virtuales, por ahora juegan un papel marginal. Y solo destaca el caso de Francia donde los cheques siguen siendo muy utilizados, aunque sus volúmenes están disminuyendo constantemente.

En términos de valor, el papel del efectivo es menos significativo. Los datos demuestran claramente que el efectivo se utiliza esencialmente para transacciones de bajo valor. En todos los países el efectivo es predominante en el 50% de las transacciones de menor valor. Aunque, en Australia, Austria y Alemania, el efectivo es también el principal instrumento.

El estudio anterior sólo abarca un grupo de países con mercados de pago maduros y los resultados no pueden extrapolarse a otros mercados. Sin embargo, es probable que los mercados con industrias de pago menos sofisticadas sean más intensivos en uso del efectivo. Según el informe de MasterCard Measuring progress toward a cashless society, el efectivo representa el 85% de las transacciones en todo el mundo3.  El informe concluye: “A pesar de este progreso, el efectivo sigue siendo hoy el método de pago más utilizado visto desde una perspectiva global”.

Payment share by volume / Payment share by value

El efectivo se reconoce como un instrumento de pago práctico y fácil de usar. Se están realizando grandes esfuerzos dirigidos a grupos vulnerables, como invidentes y discapacitados visuales.

Se están realizando considerables esfuerzos para diseñar billetes de fácil de uso. Los diseñadores se centran en crear billetes fáciles de reconocer y autenticar, pero difíciles de falsificar. Se han realizado trabajos específicos para ayudar a los invidentes, los discapacitados visuales y los analfabetos a identificar las distintas denominaciones y su autenticidad4. Estos incluyen diferentes tamaños y colores, números grandes y visibles, o propiedades táctiles. También hay disponibles distintos tipos de dispositivos que ayudan a los invidentes a reconocer los billetes. Estos van, desde simples herramientas manuales que miden el tamaño del billete, a los lectores automatizados, particularmente en países como Canadá, donde todas las denominaciones son del mismo tamaño5. Existen nuevas aplicaciones para smartphones que pueden reconocer billetes, e incluso monedas diferentes usando la cámara. Cabe señalar que con el envejecimiento de la población, se espera que el número de personas con discapacidad visual vaya en aumento.

Los usuarios agradecen este tipo de esfuerzos. En Consumer Cash Usage, a Cross-Country Comparison with Payment Survey Data se ha llevado a cabo una comparación de la percepción de los diferentes instrumentos de pago en seis países, Austria, Canadá, Francia, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos6. El efectivo obtiene una mejor clasificación que las tarjetas de débito por su facilidad de uso en tres países, Austria, Canadá y Alemania, y mejor que las tarjetas de crédito en los otros países, excepto en EEUU. Los autores concluyen que la percepción de la facilidad de uso del efectivo es altamente significativa y positiva.

La Comisión Europea mide la percepción del euro, incluidos los aspectos prácticos del manejo de monedas y billetes, a través de encuestas regulares que abarcan a los 18 estados miembros de la zona euro7. Un abrumador 94% de los encuestados cree que es fácil reconocer y manejar los billetes en euros.

El Banco Central de los Paises Bajos ha investigado los aspectos psicológicos de la elección de un método de pago mediante dos enfoques innovadores: un estudio de realidad virtual y un estudio neurocientífico8. El estudio de realidad virtual consiste en observar el comportamiento durante el pago e intentar influirlo manipulando diferentes variables. Estas incluían la seguridad física del entorno, el presupuesto del participante, la promoción de diferentes instrumentos de pago y la presión del tiempo para realizar el pago. El estudio neurocientífico se basa en el análisis de exámenes cerebrales mientras los participantes observan vídeos de transacciones en efectivo y con tarjetas. Los científicos observaron la parte del cerebro que se estimulaba y deducían las percepciones emocionales asociadas con los pagos en efectivo o con tarjeta.

Los autores obtuvieron dos conclusiones principales de esta investigación. La primera es que la elección de un instrumento de pago no es impulsada por una decisión consciente sino en gran medida por el hábito. Pagar en efectivo o con una tarjeta es básicamente una parte de su comportamiento automático. Esto explica por qué es tan difícil influir en esta elección. En segundo lugar, pagar con efectivo va más asociado a emociones más positivas que pagar con tarjeta.

La medición del coste de los pagos es una tarea compleja y los resultados varían en función del mercado, el ámbito del análisis y la metodología. Sin embargo, el coste del efectivo sigue siendo el punto de referencia con el que se mide la eficacia de otros instrumentos.

En 2005, el Banco Central de los Paises Bajos publico un articulo titulado Payments are no free lunch9. El informe mide los costes de los pagos, definidos como la suma de todos los costes internos soportados por las partes interesadas en la cadena de valor del pago. Las partes interesadas son el banco central, los bancos comerciales, la industria minorista y los consumidores. El informe concluye que los costes totales de los sistemas de pago son considerables. En el caso de los Paises Bajos representan:

  • 0,65% del PIB o 2.900 miles de millones de euros;
  • 0,35€ por transaccion;
  • €400 por hogar.

El estudio también compara los costes variables de los diferentes instrumentos de pago por transacción y considera que el efectivo es más barato que las tarjetas de débito, las tarjetas de crédito y los monederos electrónicos.

El coste de los pagos también ha sido investigado por los bancos centrales de Bélgica, Finlandia, Alemania, Hungría Suecia y Australia. Los resultados, resumidos en la página 55, difieren de un país a otro en función de la combinación de instrumentos de pago, la eficacia de la economía y probablemente la metodología utilizada para medir los costes. Sin embargo, los estudios llegan a cuatro conclusiones comunes:

 

  • Hay costes significativos involucrados en la realización de los pagos. Estos varian del 0,12% del PIB en Finlandia al 0,99% en Hungría. En un documento separado10, el BCE calcula que el coste de los pagos es, de media, del 1% del PIB (basado en una muestra de 13 países de la UE). Si extrapolamos esto al mundo, el coste total global de los pagos asciende a aproximadamente 760.000 millones de dólares, y esta es probablemente una estimación conservadora. En comparación, esto supera los ingresos de la industria aérea, estimados en 745.000 millones de dólares11.

  • El coste del efectivo esta en linea con su proporciona como instrumento de pago. En el estudio del BCE, los pagos en efectivo representan casi la mitad de los costes totales
  • Los pagos en efectivo representan el coste unitario mas bajo por transacción en todos los países excepto en Suecia y Australia.

  • La estructura de los costes relacionados con el efectivo diferencial de la de los pagos electrónicos. Los costes de los pagos electrónicos están fijados básicamente porque están relacionados con la infraestructura. Por otro lado, los costes relacionados con el efectivo son fijos y variables. Conceptos como el procesamiento y el transporte, así como el coste de oportunidad del mantenimiento de los inventarios de efectivo, aumentan con el valor de la transacción. Como resultado, el efectivo es más rentable para transacciones de bajo valor.

Malte Krüger y Frank Seitz12 han emprendido un análisis crítico del cálculo de los costes de los pago y concluyen que “hay una gran incertidumbre respecto a las estimaciones de los costos asociados con el sistema de pagos. Debido a la gran cantidad de características únicas de cada país, advertimos especialmente contra el intento de aplicar los resultados de un país a otro sin adaptarlos”.

El efectivo no siempre es el instrumento de pago más eficiente, pero en algunos casos sí lo es. Y esto es así particularmente para las transacciones de bajo valor que representan la mayor parte de los pagos minoristas. En el caso de los Paises Bajos, el instrumento mas barato, independientemente de la cantidad de la transacción, era el dinero electrónico13 pero el sistema de pago holandés denominado Chipknip se suspendio en febrero de 201514.

El coste de una transacción en efectivo sigue siendo un referente y se utiliza para medir la eficacia de otros métodos de pago. Esto se muestra en la Prueba de Indiferencia Mercantil15 (MIT), utilizada entre otros por la Comisión Europea para establecer el nivel de las tasas multilaterales de intercambio aplicadas por los sistemas de tarjetas. Esta prueba garantiza que los comerciantes no paguen más que lo que supone el valor de las beneficios transaccionales del uso de tarjetas. Los comerciantes disfrutan de estos beneficios transaccionales si los pagos con tarjeta reducen su coste en relación a los pagos en efectivo.

El efectivo ofrece a los usuarios un mayor control de sus presupuestos, ya que pueden ver cuánto dinero tienen realmente. Pagar en efectivo resulta más representativo del gasto y esto fomenta un comportamiento financiero más responsable.

Otra característica distintiva del efectivo es que es un instrumento de control presupuestario omnipresente y en tiempo real. Con una mirada rápida al bolsillo o al monedero el cliente sabe inmediatamente cuánto dinero le queda. Esto es más rápido, sencillo y eficaz que cualquier aplicación digital.

Esta característica se hace esencial en tiempos de dificultades económicas. La reciente crisis financiera mundial ha proporcionado un claro ejemplo. En Estados Unidos, entre 2008 y 2009, los usuarios aumentaron el uso del efectivo y redujeron el de las tarjetas de crédito y, en menor medida, el de las tarjetas de débito. En 2009, los pagos en efectivo aumentaron un 26,9% y las tenencias de efectivo y retiradas mensuales también aumentaron un 26,5% y 29,2%, respectivamente. Al mismo tiempo, los pagos con tarjeta de crédito disminuyeron un 21,9% y los pagos con tarjeta de débito un 10%16. Una explicación es que con la desaceleración económica, la gente necesitaba mantener un mejor control de sus presupuestos y volvió a una forma de “presupuesto en sobres”, preparando sobres separados para gastos básicos como alquiler, comida, escuela, electricidad, etc.

Basandose en datos de Alemania, von Kalckreuth, Schmidt y Stix17 concluyeron que la necesidad de llevar un control sobre la liquidez es una razón importante para el uso del efectivo. Los usuarios que necesitan llevar un control sobre sus presupuestos y que tienen costes elevados de procesamiento y almacenamiento de información realizan un porcentaje mayor de sus pagos en efectivo, tienen menos instrumentos no-efectivos, retiran menos y mantienen un mayor saldo de efectivo que otros usuarios.

La idea de que el comportamiento de pago está influenciado por el instrumento utilizado está bien documentada en la bibliografía de pagos. La sensación de pago es más intensa cuando se utiliza efectivo y se visualiza la transferencia de billetes. Por otro lado, las tarjetas de pago, sólo requieren una firma o código PIN y el efecto es significativamente menor. Además, la migración a pagos sin contacto ha eliminado la necesidad de introducir un código o verificar la cantidad. Y con los pagos móviles, el pagador no tiene que sacar su monedero.

Un informe18 llega incluso a la conclusión de que los consumidores son más propensos a comprar productos alimenticios poco saludables cuando pagan con tarjeta de crédito que cuando pagan en efectivo. De hecho, la mayor sensación de gasto al pagar en efectivo puede frenar la compra por impulso de productos poco saludables.

Use of payment instruments in a typical month in the US

La innovación ha contribuido ampliamente a la eficiencia del efectivo:

  • Los billetes integran tecnología de impresión de vanguardia.

  • Los bancos centrales han adaptado sus modelos de distribución de efectivo para aumentar su velocidad de circulación.

  • La tecnología ha permitido a los bancos mejorar la eficiencia en la distribución de efectivo

Los billetes modernos y los ciclos de efectivo modernos se han beneficiado de un aumento significativo la innovación en las últimas décadas y esto ha aumentado la eficiencia del efectivo.

En primer lugar, los billetes y monedas incorporan tecnología de vanguardia no sólo para dejar atrás a los falsificadores, sino también para mejorar su durabilidad. Un ejemplo es la reciente evolución en los sustratos de los billetes. Los billetes se imprimían en papel elaborado con fibras naturales, esencialmente algodón. A principios de los años ochenta, varios intentos de utilizar sustratos basados en plástico tuvieron un éxito limitado, pero a finales de los años 80 el Banco de la Reserva de Australia emitió el primer billete con sustrato polimérico. La intención original era reducir la falsificación, pero el nuevo sustrato también consiguió aumentar el ciclo de vida del billete. En 1996, todos los billetes australianos pasaron a elaborarse con polímero.

Tras este cambio radical, los fabricantes de sustratos de papel también se centraron en elaborar billetes más duraderos. En la década de los 90 se lograron avances significativos en el barnizado y recubrimiento de los billetes: el recubrimiento protector ayudó a reducir la suciedad manteniendo a la vez el tacto tradicional de los billetes de papel. Otra innovación fue la incorporación de fibras sintéticas en los sustratos de papel con el fin de aumentar su resistencia y longevidad. Más recientemente, varios fabricantes han lanzado sustratos “híbridos”, combinando capas de papel y polímero.

En segundo lugar, los bancos centrales han adaptado sus políticas de distribución de efectivo con el fin de aumentar la velocidad de circulación de los billetes y la eficiencia del ciclo de efectivo. El modelo óptimo depende de una serie de factores nacionales como el vencimiento de los sistemas de pago, el número de sucursales bancarias y cajeros automáticos y las capacidades de procesamiento de los bancos centrales y los bancos comerciales. En los mercados maduros, así como en algunos países emergentes, ha habido una tendencia de los bancos centrales a delegar el procesamiento de los billetes a los bancos comerciales y otros operadores. Esto invita a una cooperación más fuerte entre los principales interesados en la cadena de suministro de efectivo. Pero, además, requiere que los bancos centrales aumenten su control y supervisión con el fin de garantizar la calidad y la autenticidad del efectivo en circulación, como lo demuestra la decision del BCE sobre la comprobación de la autenticidad y aptitud de los billetes de euro y sobre su recirculación19. El reglamento define las normas para la clasificación de aptitud de los billetes, los procedimientos a seguir y los requisitos de presentación de informes para los bancos y los gestores comerciales de efectivo.

Los bancos centrales han elaborado políticas innovadoras para aumentar la eficacia general del ciclo de efectivo. Los ejemplos incluyen:

 

  • El establecimiento de leyes para la  recirculación que definan las normas y procedimientos para la clasificación de aptitud por las partes comerciales;
  • Un mecanismo de reducción del balance que fomente la recirculación en el sector comercial;
  • La optimización de los inventarios durante todo el ciclo de efectivo.

 

Algunos bancos centrales han introducido reglas para promover la circulación de billetes fuera de los bancos centrales y compensar el coste de la financiación de inventarios de efectivo adicionales con la reducción del balance. Algunos mecanismos, como el sistema finlandés DEPO, se basan en la compensación de intereses.  El Banco de Finlandia compensa a los socios privados de una parte de su pérdida de interés. Otros países, como Australia, Sudafrica, o los Paises Bajos, aplican un programa de custodia de billetes por orden donde el banco central20 acreditará al titular de la cuenta sin que el efectivo sea devuelto al banco central, o como España que ha desarrollado un sistema de depósitos auxiliares (SDA) que es operado por empresas de procesamiento y transporte de efectivo y que brinda los servicios de caja del Banco Central en las provincias donde no tiene sucursal. Cabe señalar que estos modelos tienen un impacto medioambiental positivo, ya que reducen la necesidad del transporte de billetes.

El tercer ámbito de la innovación ha sido la distribución de billetes. El primer cajero automático se instaló en Londres en 196721 y, según Retail Banking Research, se pasara de 1 millon de cajeros en el año 2000 a 3 millones en 201522. Se ha estimado que en 2015 el número total de retiradas de efectivo alcance los 103.200 millones y que el cajero automático sea el principal canal de distribución de efectivo en las economías modernas. Es evidente que los cajeros automáticos han desempeñado un papel importante en el aumento de la disponibilidad y la eficiencia del efectivo. Numerosos estudios han destacado que las retiradas de efectivo en los cajeros automáticos son significativamente más baratas que las que se hacen en las sucursales bancarias. En Estados Unidos, la diferencia del coste es de alrededor del 18%, lo que indica que las mejoras tecnológicas son un factor importante para mantener relativamente alto el número de transacciones en efectivo23.

Otro gran numero de innovaciones contribuyen a la eficiencia del efectivo. En Kenia, el proveedor de telecomunicaciones keniata, Safaricom lanzo en 2007 M-Pesa  (Pesa en swahili significa dinero) como un servicio de transferencia de dinero, que permite a los usuarios enviar y recibir dinero a través de sus teléfonos móviles. En la actualidad M-Pesa es el sistema de dinero movil mas desarrollado del mundo y esta reconocida como una de las clave para los pagos de la última década. Aunque desde su creación se han añadido numerosas características a M-Pesa sigue siendo  básicamente un sistema de transferencia de efectivo que utiliza una red de alrededor de 60.000 agentes y que representa un tipo de banca sin sucursales. Según el Banco Mundial24, en 2012, 21 millones de keniatas realizaron 527 millones de transacciones de este tipo.

Los pagos son un mercado muy concentrado y, con la creciente presión sobre los precios, los operadores buscan economías de escala mediante la consolidación.

El mercado de pagos ha experimentado un alto nivel de diversificación en los últimos años con la aparición de nuevos canales e instrumentos, particularmente en los pagos online para transacciones de comercio electrónico y mediante dispositivos móviles. Sin embargo, las tarjetas de débito y de crédito dominan el mercado de pagos no monetarios.

Según el World Payements Report 201425, el volumen global de transacciones no monetarias alcanzó los 334.300 millones en 2012. Las transacciones con tarjetas totalizaron 203.400 millones de euros (60,9% del total) (tarjetas de débito 42,1%, tarjetas de crédito 18,8%). El uso del cheque por otro lado, está disminuyendo en todos los países.

Los pagos son una industria de bajo margen y los operadores compiten por la cuota de mercado para lograr economías de escala. Esto ha llevado a mercados altamente concentrados y grandes barreras de acceso. Además, las complejas estructuras de precios que rigen los pagos se basan esencialmente en las comisiones de intercambio, que tienden a restringir la competencia. En 2008. Bradford y Hayashi26 identificaron alrededor de 20 países en los que las autoridades públicas limitaron el nivel de las comisiones de intercambio o las tasas de descuento al comerciante. Esta lista ha ido en aumento desde entonces.

Un informe de la OCDE27 concluye que “no hay consenso entre los economistas y los legisladores sobre lo que constituye una estructura eficiente de tarifas para los pagos con tarjetas y no está claro si la competencia de pagos podría ser la solución”. Por tanto, el efectivo contribuye a garantizar que exista la competencia entre los diferentes instrumentos de pago.

among payment instruments.
Relative importance of payment instruments in 2013

  1. The Effective Executive, Peter F. Drucker
  2. Consumer Cash Usage: A Cross-Country Comparison with Payment Diary Survey Data, John Bagnall, David Bounie, Kim P. Huynh, Anneke Kosse, Tobias Schmidt, Scott Schuh and Helmut Stix in Worling Paper n° 1685/ June 2014. European Central Bank.
  3. Measuring progress toward a cashless society, Hugh Thomas - MasterCard Advisors
  4. Banknote design for the visually impaired, Hans de Heij. DNB Occasional Studies - Vol 7 /N°2 (2009)
  5. Making Bank Notes Accessible for Canadians Living with Blindness or Low Vision, Carolyn Samuel, Currency Department.
  6. Consumer Cash usage - A Cross-Country Comparison with Payment Diary Survey Data, John Bagnall, David Bounie, Kim P. Huynh, Anneke Kosse, Tobias Schmidt, Scott Schuh and Helmut Stix in Working Paper n° 1685/ June 2014. European Central Bank.
  7. Flash Barometer 405 The Euro Area, October 2014 TNS Political and Social
  8. The irrationality of payment behaviour, Frank van der Horst and Ester Matthijsen - DNB Occasional Studies Vol. 11/N° 4 (2013)
  9. Payments are no free lunch, Hans Brits and Carlo Winder, DNB Occasional Studies Vol. 3 N° 2 (2005)
  10. The Social and Private Costs of Retail Payment Instruments A European Perspective, Heiko Schmiedl, Gergana Kostova and Wiebe Ruttenberg - ECB Occasional paper Series N°137 September 2012
  11. IATA Financial Forecast March 2014.
  12. Costs and Benefits of Cash and Cashless Payment Instruments - Overview and Initial Estimates, by Malte Krüger and Frank Seitz
  13. Payments are no free lunch, Hans Brits and Carlo Winder, DNB Occasional Studies Vol. 3 N° 2 (2005)
  14. http://www.currence.nl/nieuws/dnb-memoreert-einde-chipknip
  15. http://ec.europa.eu/competition/sectors/financial_services/enforcement_en.html
  16. The 2009 Survey of Consumer Payment Choice, Kevin Foster, Erik Meijer, Scott Schuh and Michael A. Zabek, Federal Reserve Bank of Boston Discussion Papers N° 11-1
  17. Using cash to Monitor Liquidity. Implications for Payments, Currency Demand and Withdrawal Behaviour by Ulf von Kalckreuth, Tobias Schmidt and Helmut Stix. ECB Working Paper Series N° 1385 October 2011
  18. How Credit Card Payments Increase Unhealthy Food Purchases : Visceral Regulation of Vices, by Manoj Thomas, Kalpesh Kaushik Desai and Satheeshkumar Seenivasan. Journal of Consumer Research Vol. 38 - June 2011
  19. https://www.ecb.europa.eu/ecb/legal/pdf/l_25320120920en00190031.pdf
  20. The role of the central bank in the cash cycle, by Miika Syrjänen and Kari Takala, Bank of Finland Bulletin 1 2010
  21. http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/scotland/highlands_and_islands/8691747.stm
  22. https://www.atmia.com/files/Position%20Papers/Position%20Paper%20on%20Cash%20as%20Public%20Money%202014.pdf
  23. This is What’s in Your Wallet… and Here’s How You Use It, by Tamas Briglevics and Scott Schuh - Federal Reserve of Boston N° 14-5.
  24. Kenya Economic Update - June 2013. The World Bank
  25. World Payments Report 2014, Capgemini and RBS
  26. Developments in Interchange Fees in the United States and Abroad, by Terri Bradford and Fumiko Hayashi, Federal Reserve Bank of Kansas City - April 2008
  27. Competition and Payment Systems 2012 - Policy Roundtables, OECD - Directorate for Financial and Enterprise Affairs Competition Committee - 28 June 2013