Cada día, miles de millones de billetes y monedas cambian de manos, permitiendo realizar todo tipo de transacciones. El papel del efectivo como instrumento de pago es bien conocido y existe una gran cantidad de bibliografía económica que versa sobre su flexibilidad, su eficiencia en comparación con otros medios de pago y su papel. Es innegable que el efectivo continúa desempeñando un rol fundamental, a menudo predominante en los pagos al por menor.
Sin embargo, el efectivo tiene muchas otras propiedades más allá de los pagos. Los niños resuelven sus primeros problemas de matemáticas contando monedas. En tiempos de crisis, muchos usuarios confían en el efectivo para administrar sus presupuestos con más cuidado. Para muchos países, los billetes reflejan su patrimonio y valores nacionales. Cuando se producen desastres naturales o provocados por el hombre, el efectivo es a menudo el único medio de pago disponible.
El objetivo de este estudio o libro blanco es identificar las características únicas del efectivo y entender cómo contribuyen a su demanda. El efectivo se enfrenta cada vez más a la competencia de instrumentos de pago alternativos, que van desde las tarjetas de débito y crédito a las transferencias de crédito y débitos directas, así como los instrumentos de pago emergentes como pagos electrónicos y móviles e incluso monedas virtuales. Todos estos instrumentos cuestionan la función de pago del efectivo. A pesar de esta evolución disruptiva, la demanda de billetes y monedas ha seguido creciendo a un ritmo significativo en todo el mundo.
El estudio no podría haber sido elaborado sin el conocimiento, la maestría y la dirección de:
El efectivo es probablemente el producto más utilizado en el mundo. Contribuye a una forma de cohesión social; los mismos billetes y monedas son utilizados por todos, independientemente de su edad, género o clase social.
El efectivo se reconoce como un instrumento de pago seguro y así lo demuestran los niveles extremadamente bajos de falsificación en relación con el volumen de billetes en circulación.
El efectivo puede ser utilizado y aceptado por todos. No requiere una cuenta bancaria o un dispositivo de ninguna de las partes para una transacción.
El efectivo es el instrumento de pago más utilizado en el mundo. Su eficiencia en comparación con otros instrumentos de pago depende del país y de la metodología utilizada, pero es lo más eficiente para los pagos de bajo valor que representan la mayor parte de las transacciones.