¡Paga en efectivo y recibe un descuento!

Son pocos los consumidores que reparan en los costes ocultos del pago con tarjeta al hacer sus compras, pero, por desgracia, la conveniencia de este método de pago también conlleva un coste para el comercio que inevitablemente es repercutido al consumidor. Efectivamente, los pequeños comercios a menudo se ven obligados a subir los precios para compensar estos costes, generalmente en contra de su voluntad. A su vez, esto les resta competitividad en relación con establecimientos de mayor tamaño que pueden absorber fácilmente las comisiones de los pagos con tarjeta.

Para responder a esta situación, VizyPay, una empresa de procesamiento de tarjetas de crédito que presta servicio a pequeños comercios, propone un programa de descuentos por el pago en efectivo, una solución rápida y sencilla para calcular las comisiones de servicio por cada producto adquirido. Solo con animar a los consumidores a pagar en efectivo, los comercios pueden ofrecer descuentos de hasta el 4 % en caja para aquellos dispuestos a pagar en metálico. El producto de VizyPay se puede incluso probar directamente en su sitio web: al introducir los ingresos mensuales aproximados del comercio, el programa calcula de forma inmediata el ahorro que podrían obtener si todos sus clientes pagaran en efectivo.

Las comisiones de servicio de las tarjetas de débito, pero especialmente las de crédito, constituyen una gran desventaja para los pequeños negocios en todo el mundo. En el Reino Unido, el British Retail Consortium (consorcio de comercios minoristas de Reino Unido) ha pedido al gobierno que actúe para regular de forma efectiva las comisiones de procesamiento de pagos, que suponen a los comercios un coste de mil millones de libras al año, un aumento del 39 % respecto a 2017.

Como apuntaba el periodista del Boston Globe Neil Swidley en su artículo “Guarda esa tarjeta de crédito. Hay que usar más el efectivo”, “todos deberíamos aprovechar este momento para recordarnos a nosotros mismos la enorme cuota de control que hemos cedido a las grandes entidades financieras, por no mencionar a los infames hackers, a cambio de pequeñas comodidades en nuestro camino hacia la esclavitud de las tarjetas de crédito”. La conveniencia, por desgracia, conlleva un coste.

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