Japón parece haber encontrado una forma radical de prevenir el fraude bancario y proteger a sus ciudadanos mayores. En el país del sol naciente, los estafadores suelen llamar por teléfono a sus víctimas para animarlas a acudir a un cajero automático (ATM) para hacer transferencias de dinero.
Una de las estafas más comunes consiste en que los delincuentes se hagan pasar por representantes del banco y adviertan a sus víctimas de que sus cuentas están en descubierto y que deben realizar una transferencia para evitar cargos bancarios. Otra estafa, conocida infamemente como ore, ore (“oye, oye” en japonés), consiste en que quien llama se hace pasar por un pariente o amigo del objetivo, pidiéndole ayuda.
Es un asunto que preocupa a las autoridades japonesas, ya que, según la policía, el valor de estas estafas asciende a millones de euros. Sólo en el primer semestre de 2023, nada menos que 15,000 millones de yenes (96 millones de euros) fueron malversados por delincuentes de esta forma.
Las principales víctimas son los ciudadanos mayores de 65 años, cada vez más presa de estas estafas. En 2022, representaban casi el 87% de todas las víctimas, según TV Asahi, frente a “apenas” el 72% antes de la crisis sanitaria. De ahí la idea de la Agencia Nacional de Policía (ANP). Para intentar invertir la tendencia, propone, informa Japan Today, limitar el uso de tarjetas bancarias a los mayores de 65 años.
La medida no afectaría a todos los adultos mayores, sino sólo a aquellos que no hayan utilizado su tarjeta en un cajero automático durante al menos un año. En este caso, no podrían realizar ninguna operación a menos que acudieran a una sucursal para justificarlas.
La iniciativa, destinada a frenar el fraude, dista mucho de ser unánime en un país envejecido donde, según las últimas cifras oficiales, los mayores de 65 años representan casi un tercio de la población. Algunos japoneses, entrevistados por los medios locales, temen, por ejemplo, que simplemente les impida acceder a sus cuentas bancarias. Otros rechazan la idea, argumentando que la medida sería discriminatoria porque también se engaña a los japoneses menores de 65 años.
Japan Today informa de que al sector bancario tampoco le entusiasma la idea, ya que les obliga a restringir a sus clientes e implica costosas actualizaciones.
Según un comentario en Internet: “Esto me suena a yokinfusa“. Yokinfusa (que significa “bloqueo de cuentas”) es un término japonés que describe una congelación general de los activos de los ciudadanos por parte del gobierno, ya sea con límites de retiros o con impuestos increíblemente altos para cualquier transacción bancaria. Se hizo en el Japón de la posguerra para frenar la hiperinflación, y la idea tiende a surgir de vez en cuando como posible solución al actual malestar económico del país.