Es indiscutible que debe haber una oferta adecuada de dinero en la economía sin que se produzcan presiones inflacionarias o deflacionarias. Sin embargo, no está tan claro de qué componentes debe constar la masa monetaria: ¿Dinero privado (normalmente en forma de depósitos bancarios) y dinero público en forma de efectivo o incluso de las futuras monedas digitales de los bancos centrales (MDBC o CBDC por sus siglas en inglés) ?
Las últimas crisis (por ejemplo, la crisis financiera de 2008, la pandemia de coronavirus de 2020 y la guerra de Ucrania de 2022) han demostrado que una oferta elástica suficiente de efectivo, en total y por denominación, siempre estabiliza la situación económica. Esto es cierto en todo el mundo, pero aún más en los países menos desarrollados. La población en general, y especialmente los pobres, se benefician si se dispone de efectivo. En un documento de trabajo del IMFS, “On the Stabilizing Role of Cash for Societies”, Gerhard Rösl y Franz Seitz se centran en el papel estabilizador del efectivo para la sociedad en su conjunto.
Tras algunas observaciones conceptuales sobre la importancia del dinero para la economía en general, el estudio presta especial atención a las características únicas del efectivo. Una comparación entre la Gran Depresión (1929- 933) y la Gran Recesión (2008-2009) muestra los efectos devastadores de una contracción monetaria severa y cómo una provisión totalmente elástica de efectivo puede ayudar a evitarla. Los bancos centrales pueden ayudar a estabilizar la oferta monetaria total no sólo en tiempos de crisis de confianza, sino también en tiempos de agitación general y, por lo tanto, ayudar a evitar una posible espiral económica descendente y un círculo vicioso.
Los autores encuentran interesantes similitudes con ambas crisis en dos estudios de caso separados, uno sobre la desmonetización de billetes de alta denominación en la India en 2016 y el otro sobre la oferta de efectivo durante diversas situaciones en Grecia desde 2008.
La disminución innecesaria y motivada por la oferta de efectivo en India, una economía mayormente infrabancarizada, afectaron rápidamente de forma devastadora a la economía real. Esencialmente, el gobierno indio no logró ninguno de sus objetivos con este experimento fatal de una desmonetización mal preparada.
Los resultados del análisis de Grecia sobre el suministro de efectivo por parte del Banco de Grecia durante varias crisis son mixtos.
El documento concluye que la reducción de efectivo de la circulación impulsadas por la oferta (ya sea por la desmonetización o por los controles de capital) desestabilizan la economía si los sustitutos de pago electrónicos no están disponibles al instante. El efectivo es como una medicina universal para atenuar los efectos económicos de las crisis, independientemente del tipo de crisis. Por lo tanto, el efectivo puede verse como un seguro público que los bancos centrales ofrecen si la situación general se vuelve grave. Sin embargo, como no existe un sustituto perfecto del efectivo debido a sus propiedades únicas, desde el punto de vista de la sociedad, una combinación de pagos eficiente incluye necesariamente el efectivo.
Las conclusiones que se pueden extraer y las lecciones aprendidas de este análisis son múltiples:
En la actualidad, sólo el efectivo permite al sector privado no bancario acceder al dinero del banco central. Sin embargo, los bancos centrales de todo el mundo están pensando seriamente en emitir también MDBC. El razonamiento del presente documento implica que una MDBC de este tipo debería reflejar las características del efectivo lo más fielmente posible. Sin embargo, debido a su forma digital y a su marco normativo, esto podría ser difícil de conseguir (véase, por ejemplo, el funcionamiento fuera de línea, la facilidad de uso y el anonimato).
En consecuencia, la solución preferida podría ser la circulación conjunta de efectivo y MDBC. Si el efectivo puede quedar fuera de circulación por las razones que sean en el futuro, y si hay una demanda creciente de MDBC en tiempos de crisis, el banco central también debería proporcionarla de forma perfectamente elástica. A este respecto, se plantean cuatro preguntas esenciales: ¿Cómo es la MDBC concreta? En relación con ello, ¿habrá demanda de la misma? ¿Puede la demanda no transaccional de efectivo trasladarse por completo a una MDBC? Y ¿se estabilizará una MDBC también en tiempos de turbulencia, o introducirá nuevos problemas, por ejemplo, desequilibrios financieros?
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