Los algoritmos, basados en su historial de búsquedas en internet (es decir, lo que usted ha buscado, comprado, escuchado y lo que le ha gustado, incluido todo lo que ha ido cediendo por el camino), constituyen una auténtica barrera a su libertad de opinión. Dichos algoritmos influyen en lo que usted ve, en lo que compra e incluso en qué amigos elige. De hecho, la mayoría de usuarios de internet los consideran demasiado intrusivos.
Las cuestiones relacionadas con la violación de datos personales y la protección de la información nunca han sido tan acuciantes como en este momento excepcional de nuestra historia en términos de protección de la privacidad individual. Sin duda, escándalos como los de Facebook y Cambridge Analytica plantean serios interrogantes, como la voluntad y la capacidad de las empresas privadas de proteger nuestros datos personales.
¿Sabía que el valor de la economía ilegal vinculada al efectivo en 2018 fue 0,93 veces el de 2014, cuando el fraude asociado a las tarjetas bancarias casi se duplicó (x 1,82)? El fraude relacionado con el uso de efectivo ha caído un 1,7 % al año, mientras que el vinculado a las tarjetas sube anualmente un 16,2%.
Proteger la privacidad de los ciudadanos es una condición fundamental para la democracia. Si se hiciera un rastreo total del comportamiento y de los movimientos de las personas, la democracia se vería dañada. Un extracto bancario dice mucho más de usted que su presencia en los medios sociales o sus correos electrónicos. Gracias a su carácter anónimo, el uso del efectivo permite la privacidad financiera.