No sorprende que Lagarde aliente la revolución digital, que se ha visto acelerada por la pandemia. “De la misma manera que nuestras vidas se han digitalizado de repente, también se han digitalizado nuestros pagos: ha habido un aumento de los pagos digitales y un vuelco hacia pagos sin contacto en las tiendas”, comentó Lagarde.
En un informe de junio, el Consejo de Pagos Minoristas en Euros había concluido que “Pese a la incertidumbre actual, se espera en general que las tendencias observadas deriven en un aumento estructural, más que temporal, de los pagos sin efectivo, inducidos en particular por promociones comerciales y por experiencias positivas de quienes los usan por primera vez. Sin embargo, la magnitud de este aumento es difícil de prever en estos momentos. Si, al finalizar la pandemia, se pone fin a las medidas temporales y se reducen los límites de los pagos sin contacto, este efecto podría perder fuerza. Por otro lado, los pagos en linea podrían volver a los niveles que tenían antes de la pandemia. Una vez que se levanten las limitaciones, cabe la posibilidad de que se restablezcan las preferencias de los usuarios anteriores a la pandemia (por ejemplo, por el efectivo)”.
Sin embargo, Lagarde también hizo hincapié en que, según la nueva encuesta sobre pagos del BCE, que se publicará en noviembre de este año, el efectivo es la forma más común de pago, y que los pagos en efectivo representan el 73 % de todos los pagos físicos minoristas en 2019. Esta cifra es menor que el 79 % de todas las transacciones en puntos de venta, según la encuesta anterior del BCE con base en datos de 2016; sin embargo, el efectivo sigue aventajando por amplio margen a los otros instrumentos de pago.
Lagarde añade que “casi la mitad de los consumidores expresaron que prefieren pagar por medios digitales, y esta preferencia ha aumentado aún más durante la pandemia”. Pero también podrían concluirse que más de la mitad prefiere pagar en efectivo…
En el mundo de los pagos, la escala importa. Esto ha conducido a la inevitable concentración del mercado en manos de unos pocos actores dominantes. “Europa ha quedado rezagada en esta competición” afirma Lagarde.
Destacó los riesgos relacionados con esta concentración, los cuales “magnifican una serie de problemas, desde el abuso de poder de mercado hasta la propiedad de información crítica. Podría incluso ser más difícil combatir las actividades ilegales y garantizar la resistencia operativa”. Agrega que “Somos testigos de un aumento de las políticas proteccionistas, como han demostrado las sanciones e incluso la exclusión de sistemas de pago en los últimos años. Esto presenta nuevos riesgos de interrupción de los pagos, particularmente en jurisdicciones que dependen excesivamente de los proveedores de sistemas dominantes”.
Lagarde acoge con beneplácito la Iniciativa Europea de Pagos que lanzaron 16 bancos europeos, la cual fortalecerá la autonomía y la resistencia del panorama de los pagos europeos y constituirá una alternativa a los esquemas de tarjetas internacionales.
Al igual que muchos bancos centrales, el BCE está investigando los beneficios y los riesgos de una moneda digital del banco central. Y aún no se ha tomado una decisión. Sin embargo, Lagarde recalca las tres consideraciones que serán fundamentales en el proceso de toma de decisiones.
En primer lugar, el acceso al dinero del banco central. Esto no significa que el euro digital vaya a reemplazar al efectivo. Muy por el contrario. “El Eurosistema continuará garantizando que todos los ciudadanos tengan acceso a billetes en todo momento. En todo caso, un euro digital, sería un complemento, nunca un sustituto del efectivo”.
La segunda consideración tiene que ver con la posible migración de los depósitos bancarios hacia un euro digital, lo que podría impactar negativamente en la capacidad del sector bancario para financiar la economía.
La tercera consideración es que una moneda digital del banco central no debería tener efectos negativos sobre la competencia en los pagos y debería aprovechar las respectivas fortalezas del banco central y del sector privado para garantizar un contexto innovador y competitivo. Esto constituye un verdadero desafío. Según un informe del BCE de 2019 Implications of digitalization in retail payments for the Eurosystem’s catalyst role (Consecuencias de la digitalización en los pagos minoristas para la función catalizadora del Eurosistema), solo una pequeña proporción de más de 230 soluciones de tecnología financiera podían ser utilizadas para todas las transacciones diarias más comunes: en línea, en el punto de venta y entre pares.