Los mantras del proyecto “Next Generation EU” (“Que sea verde”, “Que sea digital”, “Que sea sano”, “Que sea fuerte”, “Que sea igualitario”) podrían parecer, a primera vista, que conducen directamente a la adopción de un euro digital y a la desaparición del efectivo.
Sin embargo, el uso del efectivo es totalmente compatible con el proyecto Next Generation EU, siempre que se produzca una profunda modernización del ciclo del efectivo. En lugar de percibirse como un obstáculo, la legislación de la UE podría considerarse una herramienta para lograr dicha modernización.
El efectivo es “verde,” “digital,” “sano,” “fuerte,” e “igualitario.”
- Un estudio del Banco Nacional Holandés de 2018 concluyó que el impacto medioambiental de los pagos es generalmente pequeño en comparación con otros bienes y servicios. Además, la investigación muestra que el uso de efectivo genera un mayor “dolor de pagar”, lo que puede conducir a un consumo menos llamativo y más sostenible.
- El efectivo es un componente crítico de un ecosistema monetario digital. Es la última milla del sistema y salvaguarda frente a los retos y amenazas de la digitalización porque siempre funciona.
- El efectivo protege el derecho de las personas a la privacidad y contra la vigilancia estatal y corporativa. Cubre a los más vulnerables frente a la brecha digital.
- El efectivo reduce el riesgo de catástrofes al actuar como mecanismo de intercambio crítico y “refugio seguro” en tiempos de crisis. Genera resiliencia frente a los cortes técnicos, la ciberdelincuencia y las catástrofes naturales o provocadas por el hombre. No necesita electricidad ni conexión a Internet para funcionar.
- El efectivo es universal y está disponible para todos por igual, independientemente de la edad, el sexo, los ingresos, la nacionalidad o el origen étnico. No discrimina y es un elemento crucial de cohesión social e inclusión financiera.
No hay sustituto perfecto para el efectivo, y un panorama monetario eficiente incluye necesariamente el efectivo. Por consiguiente, es esencial garantizar que siga siendo viable y sostenible en el futuro. Para ello es necesario avanzar en tres áreas clave:
- El establecimiento de un marco regulador que garantice el acceso al efectivo para todos y su aceptación. Esto incluye reforzar el estatus de moneda de curso legal para garantizar su aceptación obligatoria.
- Rediseñar la infraestructura crítica de distribución y recogida de efectivo. El cierre de sucursales bancarias y cajeros automáticos ha deteriorado el acceso al efectivo. Deben ampliarse los canales alternativos de distribución de efectivo.
- Una amplia campaña de educación pública garantiza que todos los ciudadanos – y los reguladores – comprendan plenamente el papel social y económico del efectivo. Ha llegado el momento de defender el efectivo en las políticas públicas.
Podríamos resolver todos estos retos combinando tecnología, nuevos modelos de negocio y regulación.
- La tecnología está disponible para automatizar el manejo de billetes y monedas en el front y back office: cajas fuertes inteligentes, recicladores de monedas y billetes, autofacturación, estaciones de pago… La tecnología reduce los costos de mano de obra y el manejo físico del efectivo y aumenta la seguridad. CashTech, el encuentro del efectivo y la tecnología, aprovecha el software y las modernas tecnologías de la comunicación para mejorar los servicios de efectivo: el acceso, la aceptación y la eficiencia del ciclo del efectivo para todas las partes interesadas.
- El costo de oportunidad del manejo de efectivo puede abordarse. Por ejemplo, el dinero guardado en una caja fuerte inteligente puede abonarse en una cuenta bancaria sin necesidad de transferirlo físicamente. Esto también reduce la huella medioambiental al disminuir el transporte de efectivo. Varias soluciones de cashback y cash-in-shop requieren un modelo de negocio que remunere a los minoristas que prestan el servicio. Las soluciones existen, pero su adopción ha sido lenta. Según el último estudio del BCE sobre las actitudes de pago de los consumidores (SPACE), menos del 9% del efectivo en manos de los consumidores se obtiene a través de los canales de cashback y cash-in-shop en la zona del euro.
- Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que una regulación a escala de la UE puede contribuir a acelerar la adopción de estas soluciones en beneficio de todos, definiendo las condiciones en las que los bancos prestan estos servicios a los minoristas y un modelo de negocio para los minoristas cuando prestan servicios de efectivo en nombre de los bancos.
Una situación benéfica para todos
Una legislación de este tipo podría generar los siguientes beneficios
Para los minoristas:
- Aumento de la base de clientes en términos de personas que no tienen acceso o prefieren no utilizar los pagos digitales;
- Mayor aumento de la base de clientes, con clientes que visitan la tienda para retirar efectivo pero luego deciden adquirir bienes o servicios;
- Manejo eficiente del efectivo, incluida la reducción del riesgo de robos y el ahorro de tiempo al contar el efectivo e ingresarlo en un banco;
- Transferencia inmediata del dinero a su cuenta corriente, con el consiguiente ahorro en términos de pérdida de intereses.
Para las entidades financieras:
- Garantizar tanto a los clientes particulares como a los comerciantes un acceso adecuado a los servicios de efectivo;
- Responder a las críticas derivadas del cierre de sucursales y cajeros automáticos;
- Poner en marcha una infraestructura eficiente y económica, gestionada por terceros sin coste adicional, con ahorros materiales en costos de personal (en comparación con las sucursales) y de seguridad (en comparación con los cajeros automáticos fuera de las instalaciones).
Para la sociedad:
- Garantizar la inclusión financiera y social;
- Ofrecer libertad de elección en términos de opciones de pago;
- Al ser el efectivo una moneda de curso legal, sería aceptado por todos los comercios;
- Control de las transacciones financieras y lucha contra la evasión fiscal;
- Mejorar la higiene en la distribución de alimentos y luchar contra las enfermedades transmisibles;
- Poner a disposición más métodos de pago;
- Proporcionar más puntos de acceso al efectivo;
- Garantizar una infraestructura de pagos resistente en caso de ciberataque, corte del suministro eléctrico o de internet, o catástrofe natural o artificial.
Esta legislación tendría repercusiones positivas para todo el ecosistema de pagos.
Por favor, comparte tu opinión sobre la necesidad de promover una legislación de la UE que facilite el acceso al efectivo y su aceptación.
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