Vivir exclusivamente con dinero en efectivo

Después de perder su tarjeta de débito, la periodista australiana Brigid Delane y decidió no renovarla y vivir solo con efectivo. Tomó esta decisión después de darse cuenta de que se había convertido en una usuaria entusiasta de la tecnología contactless y que a menudo incurría en descubiertos bancarios.

Si el uso de las tarjetas de crédito se asociaba anteriormente a compras de alto valor, como pasajes aéreos o reservas de hotel, desde que se generalizaron los pagos contactless, el extracto mensual de Brigid recogía una lista de pequeñas compras que parecía mayor que la suma de todas sus partes. De hecho, Brigid dice que desde que decidió recuperar su retirada de efectivo semanal en la sucursal del banco, “ahora gasto menos porque no saco la tarjeta sin pensar cada vez que quiero comprar algo”.

Los estudios han demostrado que la desmaterialización de los pagos conlleva un coste, ya que establece una distancia aún mayor entre los consumidores y sus ingresos, que en ocasiones les hace olvidar el valor del dinero. En Austalia, el país de Brigid Delaney, el 92 % de los pagos se efectúan mediante transacciones contactless. Donnel Briley, profesor de Marketing y Psicología Comportamental de la Universidad de Sídney, confirma que la gente gasta hasta un 50 % más cuando utiliza medios de pago intangibles y otros expertos creen que enseñar a los niños el valor del dinero a través del efectivo puede ser beneficioso para desarrollar capacidades de gestión financiera en el futuro.

Usar exclusivamente dinero en efectivo no es siempre fácil, explica Brigid, ya que los pagos electrónicos se han colado en todos los aspectos de la vida cotidiana. Efectivamente, al prescindir de las tarjetas se multiplica el tiempo en colas de espera, dado que un número creciente de servicios han cambiado a métodos de pago alternativos.

No obstante, Brigid está satisfecha con su decisión porque ahora termina el mes con una cuenta corriente saludable y tiene mayor visibilidad en sus gastos. “La transición a una economía sin efectivo se está produciendo ahora mismo sin mucha reflexión acerca de si es algo positivo (ciertamente lo es para los bancos)”. Y añade: “Pero hay una sutil ventaja psicológica con el uso de efectivo, porque cuando se utiliza otro método de pago la transacción dura apenas una milésima de segundo, el tiempo que se tarda en pulsar la opción. Y cuando se hace esto, algo se devalúa”.

This post is also available in: