Informes recientes apuntan a que la tecnología sanitaria – desde implantes hasta aplicaciones que predicen enfermedades incipientes antes de notar sus síntomas – podrían tener consecuencias indeseadas para nuestra salud y reportar mayores beneficios a los proveedores del sector sanitario que a los pacientes. Algo muy similar se ha dicho sobre la llamada tecnología publicitaria, en la que los datos personales se han convertido en una materia prima con la que empresas privadas irresponsables deciden qué partes de nuestro historial guardar y qué otras eliminar.
En este mismo sentido, ¿podría la tecnología financiera (fintech) tener consecuencias inesperadas en las transferencias digitales de efectivo para las sociedades que afrontan situaciones de crisis?
Para hablar sobre este tema, CashEssentials reunió el pasado 20 de noviembre a un panel de expertos del sector de la gestión del efectivo, del ámbito académico y de organizaciones no gubernamentales para debatir algunas de las ventajas e inconvenientes de las transferencias electrónicas, los pagos digitales y el dinero móvil en las acciones humanitarias.
Tras una breve introducción para recordar a los participantes que el tema de debate no era el efectivo O los medios digitales, sino la complementariedad del efectivo Y los medios digitales, se invitó a los panelistas a tratar este tema desde su propia perspectiva para posteriormente entablar un debate moderado en el que se admitían preguntas del público. El panel estaba compuesto por los siguientes expertos:
Las presentaciones están disponibles para su descarga al final de esta página. El panel estuvo acompañado por 79 asistentes online de diversas agencias de la ONU, USAID, ONG internacionales y representantes de bancos comerciales y centrales.
Entre los temas, puntos y cuestiones sobre los que se debe trabajar figuran los siguientes:
Tras un debate fascinante – en el que también se respondieron a más de veinte preguntas de los asistentes –, resultó evidente que cada tema merecía un tratamiento más profundo al reconocerse que el ecosistema financiero digital y analógico evoluciona a gran velocidad. Para terminar, todos estuvieron de acuerdo con la observación final de Simon Levine de que “las transferencias digitales no deben significar «sin efectivo»”.