Consejos sobre transacciones
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El Chicago Tribune informó de que un cliente había dejado 2000 $ de propina en un restaurante de lujo como muestra de su satisfacción por la comida que le habían servido. El cliente añadió primero 300 $ a su cuenta y, después, entró en la cocina y repartió un billete de 100 $ a cada uno de los 17 empleados.
Esta anécdota ilustra el problema de determinar el volumen de las transacciones y la dificultad al comparar los importes en efectivo y de otros medios de pago en las transacciones. ¿Cuántas transacciones efectuó el cliente?
1. ¿Una? La cuenta y la propina son parte de la misma transacción. Si hubiera abonado el total a través de un medio electrónico, solo reflejaría una única transacción.
2. ¿Dos? La cuenta y la propina deberían considerarse como transacciones distintas.
3. ¿18? La transacción podría definirse como una liquidación entre un pagador y un acreedor. Pero si el cliente hubiera dejado los 2000 $ de propina sobre la mesa, solo contaría como dos transacciones.
4. ¿19? El cheque, los 300 $ de propina y cada una de las gratificaciones de 100 $ deberían contarse como transacciones separadas.
Esta cuestión no es solamente una pregunta retórica. A menudo se dice que el uso de efectivo está disminuyendo porque el volumen relativo de las transacciones en efectivo está cayendo. Pero el ejemplo demuestra que realmente depende de cómo se midan las transacciones.
También pone de manifiesto claramente que los pagos en efectivo y los digitales son dos cosas totalmente distintas. Es más, la historia aporta una razón convincente de por qué deberían aceptar los restaurantes el pago en efectivo. En diciembre de 2017, Visa anunció una iniciativa en Estados Unidos para desalentar el uso del efectivo en restaurantes y establecimientos de comida. La empresa de tarjetas de crédito financió con 500 000 dólares los costes de tecnología y marketing de 50 restaurantes y establecimientos de comida, siempre y cuando se comprometieran a no aceptar pagos en efectivo.
Las propinas como esta constituyen una de las muchas razones por las que los restaurantes deberían aceptar pagos en efectivo. Como dice Brianna Meyers, segunda jefa de cocina, “Sin duda fue una experiencia inusual para todos los que estaban presentes”.
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