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El efectivo y el coronavirus: la COVID-19 está cambiando nuestra relación con el dinero

Categorías : El efectivo es un bien público, El efectivo protege la privacidad y el anonimato
August 24, 2020
Etiquetas : Coronavirus, Moneda digital emitida por bancos centrales, Privacy and anonymity
La pandemia de la COVID-19 ha cambiado la forma en que pagamos. Algunos bancos centrales han acelerado sus programas de monedas digitales. Esta circunstancia otorgaría a los gobiernos nuevos poderes que resultan inquietantes.

Este artículo fue publicado por primera vez en The Conversation el 7 de julio de 2020, y su autor es Anwar Mohammed de la Universidad McMaster

La pandemia de coronavirus puede ser un incentivo más para que algunos países adopten monedas digitales. (Shutterstock)

 

La pandemia de coronavirus ha provocado que los comercios pidan a sus clientes que lleven mascarilla, que mantengan la distancia física y que eviten el uso del efectivo en la medida de lo posible. A pesar de que las pruebas científicas indican que los billetes y las monedas no transmiten la COVID-19, en general, existe un desinterés sin precedentes por el uso del efectivo.

En el peor momento de la pandemia mundial, los bancos de China y Corea del Sur comenzaron a desinfectar y poner en cuarentena los billetes para frenar la propagación del nuevo coronavirus. Otros bancos centrales han rechazado adoptar estas medidas y han informado de que los riesgos al manejar el efectivo son bajos en comparación con otros objetos que la gente toca con frecuencia, como los teclados para el PIN.

Por ejemplo, el Banco de Canadá ha instado a los comercios a que dejen de rechazar el efectivo porque podría afectar de manera desproporcionada a aquellas personas que dependen de ese medio de pago.

A pesar de dichas garantías, el temor a la transmisión del virus podría acelerar la tendencia de las aplicaciones de pagos digitales y reducir el uso del efectivo en la sociedad.

Aunque el uso de sistemas de pago digitales, como Apple Pay, Venmo y Google Pay, se ha extendido considerablemente en los últimos años, no estaba previsto que estas aplicaciones sustituyeran al efectivo. De hecho, no han reducido sustancialmente la cantidad de efectivo en circulación.

La sociedad sin efectivo en un momento de crisis

El Banco de Pagos Internacionales, que asesora a bancos centrales de todo el mundo, publicó un boletín en abril en el que señalaba que la pandemia podría acelerar el cambio hacia los pagos digitales a escala mundial, incluyendo las monedas digitales emitidas por los bancos centrales. No es ninguna sorpresa. Las crisis mundiales suelen actuar como catalizador de cambios estructurales.

Por ejemplo, el Västberga heist de 2009 propició la aparición de una sociedad sin efectivo en Suecia. Ante la sucesión de robos en tiendas, bancos e incluso autobuses, Suecia decidió reducir el efectivo en circulación como medida para proteger a los trabajadores. Desde entonces, el uso de efectivo en el país se ha reducido del 39 % en 2010 al 13 % en 2018. Actualmente, cerca del 20 % de los comercios del país no aceptan efectivo.

El Riksbank, el banco central del Suecia, anunció en 2017 que pondría en marcha un programa piloto para estudiar la viabilidad de una moneda digital nacional llamada e-krona. El Riksbank ha lanzado recientemente un proyecto en colaboración con Accenture para determinar los aspectos técnicos de la e-krona. Los únicos detalles publicados hasta la fecha indican que la moneda digital utilizaría tecnología de cadena de bloques. No obstante, informes anteriores del proyecto piloto señalaban que la e-krona se gestionaría de forma centralizada, garantizando el control riguroso de la oferta monetaria por parte del banco central.

Pruebas con la moneda digital de China

China ha lanzado recientemente un programa piloto para su yuan digital en cuatro ciudades importantes, pero apenas se dispone de información sobre dicha moneda.

Una bandera nacional china ondea delante del Banco Popular de China en Pekín. (AP Photo/Andy Wong)

 

El yuan digital está respaldado por el Banco Popular de China, el banco central del país, y está vinculado a la moneda nacional. Es improbable que esta moneda digital soberana se parezca a las criptomonedas tradicionales, como Bitcoin, que defiende la descentralización y no está emitida o gestionada por una autoridad central. La moneda digital china utiliza supuestamente el cifrado asimétrico (claves pública y privada) y contratos inteligentes, lo que facilita el anonimato controlable y previene la falsificación.

El diseño centralizado del yuan digital proporcionaría al gobierno chino un control inigualable sobre los flujos y las transacciones monetarios. Además, el Banco Popular de China ha registrado más de 50 patentes relacionadas con el yuan digital y tiene previsto distribuir la moneda digital a los bancos comerciales. El banco central también está estudiando un sistema de seguimiento para rastrear los movimientos de la moneda digital.

El lanzamiento del yuan digital llega en un momento en el que el resto del mundo está rebajando los tipos de interés y lidiando con la pandemia mundial, lo que ofrece una oportunidad especial a China. El propósito del yuan digital es incrementar su circulación con el objetivo último de convertirse en una moneda global muy similar al dólar estadounidense.

China también se ha propuesto batir a los competidores privados, como Libra, de Facebook, manteniendo el control sobre la seguridad financiera del país. China considera que las monedas digitales que no sean emitidas por los Estados o los bancos centrales son una amenaza para la soberanía.

¿Tendrá Canadá una moneda digital?

El Banco de Canadá parece muy interesado en repensar la naturaleza del efectivo y reinventar la función del banco central. Un anuncio de trabajo publicado recientemente por la institución señalaba sus planes de “poner en marcha un programa con enorme valor social” que consistía en diseñar y, posiblemente, implantar su propio sistema de moneda digital emitida por el banco central.

Como otros bancos centrales de todo el mundo, el Banco de Canadá podría estar estudiando la creación de su propio sistema de moneda digital. THE CANADIAN PRESS/Adrian Wyld

 

La moneda digital propuesta protegería la privacidad del usuario, pero no proporcionaría el mismo anonimato que la transacciones en efectivo. Se pretende que sea accesible, y eso indica que todos los canadienses podrían utilizar la moneda, incluso aquellos que no dispongan de cuenta bancaria o de teléfono móvil.

Muchos países llevan experimentando con monedas digitales desde que comenzó a aumentar el interés por la cadena de bloques y las criptomonedas. Ahora que los bancos centrales intentan sumarse a la carrera de desarrollar monedas digitales, es necesario que los gobiernos examinen primero si dicha iniciativa ayudará a mejorar la economía. Los ciudadanos también deben ser críticos antes de participar, ya que las monedas digitales nacionales tienen graves consecuencias para la privacidad.

Parece que se permite cierta libertad a la hora de introducir cambios en un momento de crisis, como demuestran los experimentos en China y Suecia. Sin embargo, el lanzamiento de una moneda digital en esta coyuntura podría otorgar a los gobiernos nuevos poderes que resultan inquietantes. El papel del Estado podría cambiar radicalmente a medida que las naciones se dirijan hacia una sociedad sin efectivo, una circunstancia que incita a los bancos centrales a adaptarse para mantener un control riguroso sobre la oferta monetaria.

 

Anwar Mohammed, Estudiante de doctorado, Ciencias Políticas, Universidad de McMaster

Reedición del artículo publicado en The Conversation con licencia de Creative Commons. Lea el artículo original.

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