Los pagos en efectivo han ido disminuyendo constantemente en los Países Bajos durante la última década, y la pandemia ha acelerado aún más el descenso. Según la encuesta de pagos diarios del De Nederlandsche Bank (DNB), el porcentaje de transacciones en efectivo cayó del 30% al 15% durante la pandemia. Desde entonces se ha recuperado hasta el 20-25%.
Holanda: Proporción de pagos en efectivo, 2020-2021
En julio de 2021, el DNB convocó a las partes interesadas en el ciclo del efectivo para que lleguen a acuerdos que garanticen que el efectivo siga siendo fácilmente accesible y disponible durante los próximos cinco años.
La semana pasada, los principales bancos holandeses, la Asociación Holandesa de Pagos, representantes de los consumidores, minoristas, el sector de la hospitalidad, las gasolineras, los proveedores de servicios de efectivo y el DNB firmaron el pacto. Los acuerdos tendrán, en principio, una duración de cinco años. El Ministro de Finanzas lo presentó en la Cámara de Representantes.
El pacto establece acuerdos entre las partes para salvaguardar la disponibilidad y accesibilidad permanente del efectivo. Abarcan varios temas relacionados con el efectivo, como el número de cajeros automáticos, opciones de reserva para los pagos electrónicos, inclusividad del sistema de pagos y medidas contra el blanqueo de dinero. Los bancos han acordado mantener las comisiones por los servicios de efectivo sin cambios hasta mediados de 2023.
Los nuevos acuerdos se han alcanzado en un contexto de disminución del uso del efectivo en puntos de venta en los Países Bajos y de una infraestructura de efectivo bajo presión. Por ejemplo, las sucursales bancarias ofrecen cada vez menos servicios de efectivo, el número de cajeros automáticos está disminuyendo y los costes unitarios de las transacciones en efectivo de los minoristas están aumentando.
Si el dinero en efectivo desapareciera, podrían surgir problemas en caso de interrupción de los pagos electrónicos, ya que el efectivo funciona como opción de reserva en esos casos. Además, podría ser problemático para quienes dependen del efectivo como principal medio de pago. Además, el efectivo es un bien público. Es de interés público que todos los miembros de la sociedad puedan utilizarlo sin problemas y mantener un buen acceso a él.
Además de establecer acuerdos específicos para los próximos cinco años, el pacto también marca el inicio de un nuevo estudio que debe explorar cómo salvaguardar el interés público del efectivo a largo plazo. Con el uso del efectivo en constante declive, surgen preguntas sobre el financiamiento del efectivo y la organización del mercado. El estudio identificará varias opciones y deberá estar terminado en los diez meses siguientes a la firma del pacto. Posteriormente, el Ministro de Hacienda podrá asesorar a la Cámara de Representantes, tras lo cual se podrá tomar una decisión.