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Palestina: Efectivo en tiempos de guerra

Categorías : El efectivo es una solución para contingencias y emergencias, El efectivo y las crisis
January 11, 2024
Etiquetas : Catástrofes y ayuda humanitaria, Gaza, Israel, Palestina
Durante la tregua entre Israel y Hamás, una tonelada de billetes de 200 NIS por un total de 50 millones de dólares fue transportada del norte al sur de Gaza para aliviar la difícil situación económica de la población.
Guillaume Lepecq

Chair, CashEssentials

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Manuel A. Bautista-González

Ph.D. in U.S. History, Columbia University in the City of New York

Post-Doctoral Researcher in Global Correspondent Banking, 1870-2000 – Mexico and South America, University of Oxford

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La guerra entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra Israel desde la Franja de Gaza, matando a más de 1,300 israelíes y extranjeros, principalmente civiles, y secuestrando a más de cien rehenes. Israel declaró formalmente el estado de guerra el 8 de octubre y, tras semanas de intensos ataques aéreos, lanzó un asalto terrestre a gran escala el 28 de octubre. El 24 de noviembre entró en vigor un alto el fuego. La tregua duró siete días y permitió la liberación de rehenes y prisioneros palestinos, así como la llegada a la Franja de Gaza de la tan necesaria ayuda humanitaria.

Según el Financial Times, durante la breve tregua se llevó a cabo una misión única y desafiante en el norte de Gaza. El objetivo era recuperar aproximadamente 180 millones de shekels (equivalentes a 50 millones de dólares) en efectivo de dos sucursales del Banco de Palestina situadas en zonas gravemente dañadas. El efectivo, almacenado en billetes de 200 shekels, pesaba casi una tonelada. La misión, “ConOps-Gaza”, era crucial para hacer frente a la creciente escasez de efectivo en el sur de Gaza, donde se había refugiado la mayor parte de la población y se concentraban los esfuerzos de ayuda humanitaria.

La operación requirió una planificación exhaustiva, así como el respaldo de la ONU, medidas de seguridad, la autorización de Israel y un alto grado de confidencialidad debido al carácter delicado de la misión. Los billetes, unos 900,000 en total, se transportaron con éxito al sur de Gaza y ya están disponibles para la circulación. Las difíciles circunstancias hicieron que la operación fuera inverosímil y esencial.

Desde que estalló la guerra, el contexto económico general de Gaza ha sido muy duro, con la región enfrentándose a una grave escasez de efectivo, precios al alza, escasez de alimentos y amenazas continuas de bombardeos. El personal de los bancos se ha esforzado por garantizar el acceso al efectivo, recurriendo incluso al traslado encubierto de efectivo entre sucursales y cajeros automáticos. El conflicto en curso agrava las dificultades a las que se enfrentan los bancos palestinos en una economía dependiente del efectivo. La crisis económica se intensifica aún más por la situación única de Gaza, donde una parte significativa de la población depende de la ayuda internacional. Sin embargo, como suele ocurrir en situaciones de catástrofe, los mercados siguen funcionando de una forma u otra.

Antes del conflicto, la economía de Gaza ya estaba sometida a tensiones, con un alto índice de pobreza y una importante dependencia de la ayuda internacional. La región dependía en gran medida del efectivo, ya que la mayoría de los palestinos no tienen cuenta bancaria. Según la base de datos de inclusión financiera global del Banco Mundial en 2021:

La situación actual ha provocado circunstancias aún más difíciles, con interrupciones en el pago de salarios, aumento de los préstamos y falta de bienes básicos. La Autoridad Monetaria Palestina ha dado instrucciones para conceder préstamos, ampliar los fondos de emergencia y aplicar medidas para paliar el impacto económico.

A pesar de estos esfuerzos, el acceso al efectivo sigue siendo difícil y depende de la disponibilidad de electricidad e Internet. Los cajeros automáticos no suelen funcionar durante los frecuentes apagones, lo que complica aún más la situación económica de los residentes. Las personas y las familias no sólo se enfrentan a los peligros inmediatos del conflicto, sino que también prevén un futuro sombrío de pérdidas y penurias, con casas destruidas, incertidumbre económica y preocupación por la devolución de los préstamos tras la guerra.

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