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Análisis de los factores que determinan la demanda de efectivo

Categorías : El efectivo es el medio de pago más utilizado, El efectivo y las crisis
October 15, 2020
Etiquetas : Acceso a efectivo, Demanda de efectivo, economía sumergida, Euro
Un nuevo estudio de H.E. El estudio de Reimers, F. Schneider y F. Seitz analiza los factores que determinan las tenencias de efectivo de los hogares en la zona euro entre 2002 y 2019. Su propósito es arrojar luz sobre la compleja relación que existe entre las tenencias de efectivo por un lado, y los volúmenes de transacciones, los motivos relacionados con la condición del efectivo como reserva de valor, los instrumentos de pago alternativos, el tamaño de la economía sumergida y la demanda asociada a las crisis así como aquella motivada por la precaución, por el otro.
Guillaume Lepecq

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El estudio Payment Innovations, the Shadow Economy and Cash Demand of Households in Euro Area Countries (Métodos de pago innovadores, la economía sumergida y la demanda de efectivo en los hogares de los países de la zona euro) aplica un marco de cointegración para entender los factores que determinan la demanda de efectivo en la zona euro. Además de los determinantes tradicionales de la demanda de efectivo, como son el dinero para transacciones y los costes de oportunidad, los autores se centran en los medios de pago sin efectivo como sustitutos de los pagos en metálico, así como de la función de la economía sumergida. También tienen debidamente en cuenta las repercusiones nacionales de la crisis financiera y económica de 2008-2009 específicas para cada país y las propiedades de las series temporales, y distinguen entre países pequeños y grandes.

Factores que determinan la demanda de efectivo

El estudio señala que las tenencias de efectivo de los hogares de la zona euro están motivadas por los siguientes factores:

Esto significa que los factores que determinan la demanda de efectivo son los mismos, con independencia del tamaño de los países, de su ubicación en el norte o en el sur, de su afinidad por el uso de efectivo o de que los consumidores recurran mayoritariamente a los pagos sin efectivo, o de que exista una política que restrinja el uso del efectivo.

Los autores llegan a la conclusión que “para garantizar el buen funcionamiento del ciclo del efectivo y el sistema de pagos minoristas es importante que los bancos centrales y el sistema de la banca comercial estén al corriente de estas circunstancias. Esto es especialmente cierto en un contexto en el que la mayor proporción de tenencias de efectivo dentro de la zona euro se encuentra en los hogares”.

Los avances en los métodos de pago sin efectivo son un incentivo para que la gente sustituya el dinero en metálico. En consecuencia, el uso generalizado de las nuevas innovaciones en este terreno, como los pagos sin contacto y móviles, reducirá más las tenencias de efectivo (véase Brown y otros, 2020).

Las crisis incrementan la demanda de efectivo

También es sabido que la demanda de efectivo ha aumentado durante todas las crisis ocurridas hasta el momento. A este respecto, la crisis de la COVID-19 es especial. Por un lado, hemos observado un descenso de la demanda transaccional y un repunte de los pagos con tarjeta, especialmente sin contacto. Por otro lado, la moneda en circulación ha repuntado en todo el mundo, incluso en los países escandinavos (p. ej., Goodhart y Ashworth, 2020; Chen y otros, 2020). La zona euro, por ejemplo, ha registrado el mayor incremento semanal en la demanda de efectivo desde su creación, superando el récord registrado anteriormente tras la crisis de Lehman en 2008 (Panetta, 2020).

Eliminar el efectivo no frenaría la economía sumergida

El estudio señala que, en la zona euro, el tamaño de la economía sumergida tiene un fuerte impacto positivo en la demanda de efectivo. Sin embargo, la economía sumergida es un concepto que, por definición resulta difícil de registrar y de estimar. Resumiendo, parece que incluso si el efectivo se utiliza para pagos de actividades relacionadas con la economía sumergida, probablemente se use en menor medida de lo que suele sospecharse, y que eliminar o limitar el efectivo no sería todo lo eficaz que cabría esperar para frenar dichas actividades (Mai, 2016; Schneider y Linsbauer, 2016).

Todos los demás motivos para tener dinero en efectivo se resumen utilizando una variable de tendencia (determinística) que tiene una influencia positiva en la demanda de efectivo en casi todos los países de la muestra. Los futuros estudios deberían enfocarse a tratar de hallar variables que recojan dichos motivos. Esto permitiría analizar e interpretar la evolución del efectivo con una precisión aún mayor y arrojar más luz sobre su demanda, una cuestión que todavía no está clara.

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