Un estudio reciente reportó los resultados de la “Encuesta sobre Métodos de Pago” (MPS) realizada por el Banco Central de Turquía en 2020, que incluye un diario de pagos de cuatro días y un cuestionario sobre características sociodemográficas y hábitos de pago. Según la encuesta, el efectivo representó el 89% del volumen de todas las transacciones minoristas y el 75% en términos de valor. El valor de la transacción es un determinante clave, y la proporción de efectivo disminuye con el aumento del importe de la transacción. Otro factor determinante es la cantidad de efectivo que se tiene en la mano. Los consumidores con mayores balances de efectivo tienen una mayor propensión a utilizarlo.
El cuestionario incluye dos preguntas sobre la posesión de efectivo. Se distingue entre el “efectivo en mano”, es decir, el que se lleva en la cartera o en la persona del encuestado, que se considera una demanda transaccional, y el “efectivo almacenado en otro lugar”, ya sea en casa o en una caja fuerte, que se considera una tenencia precautoria
Por término medio, los encuestados llevan 209 liras turcas (TRY, equivalentes a USD11.75) en la cartera y TRY1,329 (USD74.73 USD) en otros lugares. La cantidad de efectivo almacenado en otros lugares varía más de acuerdo con características sociodemográficas comparado con el efectivo en mano. Los tres principales determinantes son el género (los hombres tienen más del doble de efectivo almacenado en otros lugares que las mujeres); la edad (los mayores de 65 años tienen 2.5 veces más efectivo que los de 16 a 24 años) y los ingresos del hogar (el cuartil más rico tiene tres veces más efectivo que el cuartil de ingresos más bajos).
Aunque no existe un consenso académico para medir la educación financiera, el informe utiliza el método de los “Tres Grandes” (Lusardi y Mitchell 2011), que evalúa los conocimientos básicos sobre los tipos de interés, la inflación y la diversificación del riesgo.
A continuación, el informe explora la relación entre los conocimientos financieros y las tenencias de efectivo en Turquía. Los autores concluyen que las personas con conocimientos financieros tienden a tener menos efectivo en mano y a almacenar más en otros lugares. En otras palabras, las personas con conocimientos financieros usan menos efectivo en pagos, pero tienen mayores reservas precautorias de efectivo.
Desde el punto de vista de la política, los autores subrayan que las campañas de educación financiera pueden reducir el uso de efectivo en el punto de venta, pero también pueden conducir a un aumento de la demanda precautoria y, en consecuencia, aumentar el valor global del efectivo en circulación.
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