Según una encuesta del BCE publicada en 2018, el 75 % de las entidades de crédito consideraba que los servicios de efectivo que prestaban a sus clientes eran importantes o muy importantes, un 20 % tenía una opinión neutral y el 5 % calificaba los servicios de efectivo como irrelevantes. Se estima que alrededor del 75 % de las retiradas de billetes de euros por parte de los clientes se efectúa mediante el autoservicio bancario, mientras que los depósitos realizados con dinero en efectivo se dividen a partes iguales entre servicios de atención directa en ventanilla y servicios sin atención directa (automatizados).

Las presiones de los costes intensifican la automatización y la reducción de las redes de cajeros automáticos

El informe del CEP subraya que los bancos están promoviendo la automatización de los servicios bancarios con especial énfasis en los depósitos, ya que los tradicionales cajeros automáticos de retirada de efectivo están siendo sustituidos cada vez más por sistemas de recirculación del efectivo. No obstante, también se está reduciendo el tamaño de la red europea de cajeros automáticos debido a la presión combinada de la necesidad de reducir costes y la consolidación bancaria, pero también por la mayor interoperabilidad de las distintas redes.

Según datos del BCE, en la UE se cerraron 25 000 cajeros automáticos entre 2014 y 2019. En el siguiente gráfico se representa, para cada país, el año en que el número de cajeros automáticos alcanzó sus niveles máximos y la reducción de los mismos a partir de ese año. Finlandia se sitúa en cabeza donde, desde 2000, el número de cajeros automáticos se ha reducido un 56 %. Bélgica ha registrado el descenso más rápido con el cierre de un 45 % de los cajeros automáticos desde 2015.

El efectivo sigue siendo un instrumento de pago importante tanto en el momento actual como en un futuro previsible  

El reciente Estudio sobre los hábitos de pago de los consumidores en la zona del euro (SPACE) del BCE señala que, en 2019, el efectivo seguía siendo, con diferencia, el instrumento de pago más utilizado.Los pagos en puntos de venta y entre particulares se efectuaron utilizando el efectivo en el 73 % de los casos en cuanto a volumen, y, en el 41 % en términos de valor, frente a los datos de 2016, que se situaban, respectivamente, en el 79 % y el 54 %. El CEP señala que “los consumidores siguen utilizando el efectivo y que les gusta disponer de opciones en cuanto a las formas de pago”. También subraya que un gran segmento de la población no tiene ninguna opción. La Comisión Europea estima que, en la UE, alrededor de 30 millones de adultos no disponen de cuenta bancaria. Por último, el efectivo juega un papel importante para hacer frente a los imprevistos y garantiza la continuidad de los pagos cuando fallan los sistemas de pago digitales.

Un menor uso del efectivo incrementa los costes asociados al mismo

El CEP llega a la conclusión de que el ciclo de efectivo es cada vez más complejo y señala que existe una correlación negativa entre el descenso en el uso del efectivo y el incremento de los costes. Conforme disminuye el uso del efectivo para los pagos, los costes unitarios tienden a aumentar.

El CEP insta a entablar un diálogo entre todas las partes interesadas del ciclo de efectivo − entre los que figuran los comercios minoristas y las oficinas de correos – que podrían desempeñar un papel más relevante en la distribución del efectivo. En concreto, el CEP considera que el reembolso en efectivo es una solución alternativa eficaz para dicha distribución.

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