En diciembre de 2020, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), la asociación más influyente de empresarios minoristas de comercio y servicios en Colombia, y la Federación Colombiana de Empresas de Vigilancia y Seguridad Privada (FedeSeguridad) publicaron los resultados preliminares de un estudio sobre el uso de efectivo y otros medios de pago en Colombia durante la pandemia de Covid-19. El informe tenía como objetivo principal determinar si el uso de efectivo había disminuido con la pandemia.
En la conferencia de prensa virtual para dar a conocer los resultados preliminares del estudio, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, dijo que los consumidores colombianos mostraban “una marcada preferencia notable por la liquidez”. Nicolás Botero Páramo, director ejecutivo de Fedeseguridad, dijo que el efectivo “es un medio de pago aceptado en todos los establecimientos, y les permite a vendedores y consumidores tener un control inmediato de sus movimientos”. La versión final del informe, titulada “Conveniencia del uso de efectivo”, se publicó en enero de 2021.
Según datos del Banco de la República (el banco central del país) sobre tenencia de monedas y billetes en poder del público, la demanda de efectivo en Colombia durante la primera semana de noviembre de 2020 creció casi 31% en términos anuales comparada con la misma semana de 2019 (ver Gráfico 1). La cifra comparable de la primera semana de noviembre de 2019 fue del 7.7%. Además, en noviembre de 2018, los consumidores colombianos tenían COP$120 en efectivo por cada COP$100 pesos colombianos ahorrados en sus cuentas de depósito bancarias. Después de la pandemia de Covid-19, en noviembre de 2020 los colombianos aumentaron su tenencia de efectivo a COP$138 por COP$100 en sus cuentas bancarias.
Gráfico 1. Colombia: Efectivo en circulación, enero 2020-junio 2021
El documento señala que en Colombia, el efectivo y los pagos digitales no se excluyen entre sí, ni son perfectos sustitutos ni competidores. El efectivo y otros medios de pago dan cabida a las necesidades de usuarios y minoristas distintos, lo que refleja las desigualdad de ingreso y riqueza y la falta de acceso a productos y servicios financieros. Según el informe de sistemas de pago de 2019 del Banco Central de Colombia, el 37.5% de los colombianos tenía cuentas de ahorro, el 7.19% tenía cuentas corrientes, el 29.6% tenía tarjetas de débito y el 20.2% tenía tarjetas de crédito (Banco de la República 2019: 100-101). El mismo informe indicó que el público utilizaba efectivo en 87.7% de todas las transacciones, seguido de lejos por tarjetas de débito y tarjetas de crédito, con 8.2% y 3.3%, respectivamente (Banco de la República 2019: 101).
Para su informe, Fenalco y Fedeseguridad levantaron encuestas a grandes minoristas (supermercados y grandes almacenes) y pequeños minoristas (conocidos como tenderos en Colombia) sobre el uso del efectivo y otros medios de pago por parte del público. Tanto los grandes como los pequeños minoristas indicaron preferir el efectivo debido a las comisiones en los pagos con tarjeta, que disminuyen los márgenes de ganancia ya mermados por la pandemia (Fenalco 2020: 62, 64-65). El informe indica el potencial para que los emprendedores fintech conquisten “el jugoso mundo de los tenderos con soluciones financieras hechas a su imagen y semejanza” (Fenalco 2020: 65).
En respuesta a la publicación del informe Fenalco/Fedeseguridad, la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) indicó que el uso de efectivo sostiene “la economía sumergida (informal + ilegal) ya que las transacciones en efectivo, al ser anónimas, facilitan la evasión de impuestos y las actividades ilegales”. Recientemente, el presidente de Asobancaria Hernando José Gómez indicó que el “sobreuso del efectivo” es una “talanquera para el desarrollo” económico de Colombia.