El término ‘cashless o sin dinero en efectivo’ probablemente sea el ejemplo más evidente de cómo las palabras se utilizan para socavar la imagen del efectivo y, a todas luces, se ha transformado en la palabra de moda en materia de pagos en los últimos años. He aquí algunos de los titulares publicados en las últimas semanas.
Las tiendas se quedan sin efectivo cuando dejan de aceptarlo. Los pagos digitales se realizan sin efectivo. Y algunos países están adoptando estrategias para operar sin efectivo. Quienes se oponen al dinero en efectivo quisieran hacernos creer que la digitalización de todo —comercio, banca, identidad y, por supuesto, pagos— está inevitablemente relacionada con la desaparición del dinero en efectivo. Nada más lejos de la verdad. El Banco Internacional de Pagos mostró en su informe trimestral de marzo de 2018 que el efectivo en circulación había crecido del 7 % del PIB en 2000 a un 9 % en 2016 en los países miembros del Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado (CPMI en inglés), dándose los mayores en Hong Kong y Japón (en un 9 % y un 7 % del PIB, respectivamente).
El término sin dinero en efectivo es tan engañoso que ha llevado a otro neologismo: ‘less -cash’ (menos efectivo). Kenneth Rogoff , autor de “” (La maldición del efectivo) adujo que su mensaje había sido malinterpretado: “Yo estoy a favor de una sociedad con menos efectivo, para nada a favor de una sociedad sin efectivo, porque considero que hay cuestiones de privacidad, y tener solidez en caso de cortes de energía es muy importante.”
Pero menos efectivo tampoco tiene sentido. ¿Menos efectivo que qué? ¿Y quién decide cuál es el nivel adecuado de efectivo en una sociedad?
‘Hoarding’ (o atesoramiento) es otro término que contribuye a dañar la imagen del efectivo. Según el diccionario de Merriam-Webster, la definición de atesorar es “recolectar y a menudo esconder el suministro de : acumular una reserva o tesoro.“ En otras palabras, el atesoramiento representa una de las funciones básicas del dinero: la función de acumulación de valor. Sin embargo, cuando el dinero se guarda en forma digital, por ejemplo en una cuenta bancaria, se le denomina ahorro y es perfectamente legítimo. Cuando se guarda como dinero físico, adquiere una connotación negativa de ocultamiento.
Puede aplicarse otro término que es menos sesgado pero también engañoso cuando se lo relaciona con el efectivo:uso. De hecho, los titulares habitualmente afirman que el uso del efectivo está disminuyendo. El 11 de septiembre de 2018, la BBC publicó un artículo titulado “” (Desciende el uso del efectivo al aumentar los pagos con tarjeta). El artículo explica que la proporción de efectivo usado como instrumento de pago ha venido cayendo lentamente (un 1 %) en el Reino Unido. Pero el uso del efectivo no se limita a los pagos. También se lo usa para atesorar valor, como instrumento presupuestario, como respaldo en caso de emergencias, o como artículo de coleccionismo. Y todos estos usos son perfectamente legítimos.