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Novedades sobre billetes en el mundo: Actualización anual

Categorías : El efectivo es el medio de pago más utilizado, El efectivo es también una reserva de valor
October 30, 2019
Etiquetas : Demand, Global, Store of value
En su reciente publicación (‘The Cash Industry in Transition’), Currency Research afirma que en la próxima década, de 2019 a 2029, la industria de pagos y del efectivo experimentarán un cambio drástico en el mundo. Algunos impactos de los cambios en el panorama de pagos, como la disminución de la proporción de transacciones en efectivo, ya son evidentes desde hace algún tiempo y han sido confirmados en estudios sobre pagos realizados por varios bancos centrales. También ha aumentado el interés de los bancos centrales por las monedas digitales en el mundo, junto con la preocupación por la seguridad cibernética.

Antii Heinonen es presidente de la iniciativa Banknote Ethics Initiative y ex director del departamento de billetes del Banco Central Europeo. 

Este artículo fue publicado por primera vez en el volumen 17 – número 9 de Currency News correspondiente a septiembre de 2019. Se reproduce con permiso del autor. 

En este entorno incierto y de cambios vertiginosos, hoy más que nunca resulta fundamental estar atento a lo que sucede con los billetes, no solo en el ámbito nacional sino también a nivel global. Aun no sabiendo que nos deparará el futuro, debemos saber al menos dónde nos encontramos. Este es el contexto en el que se presenta esta actualización sobre los billetes a nivel global, en su tercer año (véase CN septiembre de 2017 y 2018). El entorno caracterizado por la evolución constante de nuevos métodos de pago también es una llamada de atención a todos los bancos centrales para que pongan a disposición la información pertinente que permita estudios más exhaustivos.

Los sitios web de los bancos centrales han sido la principal fuente de información, y con la utilización de estadísticas y varias publicaciones disponibles, se han tratado 141 divisas en total. Se incluyen todas las divisas, salvo siete cuyos respectivos bancos centrales no disponen de un sitio web o no incluyen información actualizada relevante.

Al referirse a la demanda mundial de billetes, la información disponible al público más consultada es el valor de los billetes en circulación. También en ese caso, para hacer un análisis lo más completo posible, fue necesario usar conceptos un poco diferentes. Además de los ‘billetes en circulación’, la única cifra disponible en algunos casos era los ‘billetes y monedas en circulación» o «las divisas fuera de los bancos’. Este último concepto normalmente se publica como parte de la base monetaria, un importante agregado monetario para la política monetaria. Sin embargo, su utilización en este estudio se limitó a menos del 10 % de las divisas.

Estas diferencias conceptuales generan un problema menor, pues en general las monedas constituyen solo un pequeño porcentaje de la cifra del efectivo total en circulación. Del mismo modo, la exclusión del efectivo en la bóveda de los bancos, normalmente no tiene un impacto significativo en el cálculo de la tasa de crecimiento anual del efectivo en circulación.

Para la comunidad de los billetes, un dato más interesante es la tasa de crecimiento del número de billetes, o volumen, en circulación. El volumen en circulación tiene más impacto que el valor en la producción, el procesamiento o la logística de los billetes, en igualdad de condiciones. También es más eficaz para dar cuenta de los efectos inflacionarios, que se reflejan en el valor de los billetes en circulación.

Con la amable colaboración de algunos colegas de bancos centrales, la información sobre el volumen negociado de billetes estuvo disponible para casi las dos terceras partes de las divisas. Además, por primera vez durante este ejercicio, se contó con información disponible de todas las divisas menos una del año anterior, lo que permitió una mejor comparación.

Si bien este es un buen avance, un tercio de los bancos centrales aún no proporciona información sobre los volúmenes de billetes en circulación, y menos aún sobre la producción o el procesamiento de billetes como parte de la información disponible al público. Sin embargo, algunos de estos bancos centrales cuentan con gran cantidad de información estadística en sus sitios web sobre instrumentos de pago distintos del efectivo, emitidos por el sector privado. Resulta extraño que no cuenten con información similar e incluso más amplia sobre su propio producto, los billetes.

En este caso, la actualización se limitará a estas dos variables. En los dos estudios anteriores, se abordó la falsificación de billetes. El año pasado, la información disponible al público sobre falsificación se amplió con las respuestas a un cuestionario presentado por los participantes al Central Bank Banknote Seminar realizado por el BCE en 2018.

En esta oportunidad, no se contó con información similar disponible y dado que la mayoría de los bancos centrales no proporciona mucha información sobre falsificación, esta se ha excluido de la actualización de este año.

Circulación de billetes en términos de valor

Enfoque entonces en los resultados, que en la mayoría de los casos remite a finales de 2018 (en algunos casos el ejercicio financiero no coincide con el año natural y las cifras pueden referirse al final del ejercicio financiero). Para fines comparativos, se incluye en el gráfico la misma información del año 2017.

Con las salvedades mencionadas anteriormente, las tasas de crecimiento anual del valor de los billetes en circulación se describen en el Gráfico 1, que incluye información sobre 141 divisas (142 divisas en 2017).

La primera observación indica que la distribución está más centrada con un ligero movimiento hacia la izquierda. Esto también se observa en la tasa media de crecimiento anual, que se sitúa en un 7,1 % en 2018 frente a un 8,1 % y un 8,3 % en 2017 y 2016, respectivamente. Además de esta disminución de la tasa media de crecimiento, es posible identificar tres tipos de grupos y sucesos diferentes en términos generales con base en el Gráfico 1.

En el caso de más del 30 % (35 % en 2017) de las divisas, la demanda de billetes crece rápidamente (dos dígitos) en valor. Pueden encontrarse ejemplos de divisas en este grupo en todos los continentes. Normalmente, la evolución de este grupo está determinada por el crecimiento económico y de la población y por un mayor acceso de los ciudadanos a los servicios bancarios. En algunos casos, el rápido crecimiento del valor de los billetes en circulación se relaciona con un alto nivel de inflación.

La rupia india es una de las divisas que pertenecen a este primer grupo, con un rápido crecimiento de la demanda. Cabe recordar que tras el programa de desmonetización del país, el valor de los billetes de rupias indias en circulación era un 20 % inferior en marzo de 2017 que a finales del ejercicio fiscal anterior. En marzo de 2018, su nivel había superado el nivel previo a la desmonetización con un 10% (incremento anual del 38 %). Más recientemente, el rápido crecimiento del valor de los billetes en circulación ha continuado y el incremento anual fue del 17 % en marzo de 2019.

El segundo grupo incluye las divisas de la mayoría de las economías desarrolladas, donde la demanda de billetes sigue en aumento, aunque a una tasa de un dígito. Este grupo incluye a la mayoría, casi el 60 % de las divisas. Este segundo grupo incluye también a los billetes del renminbi chino, pese al reciente aumento anual de la utilización de pagos móviles de varias decenas de porcentajes. Los billetes de la libra esterlina británica también pertenecen a este grupo, con un pequeño incremento anual (1,4 %) a finales de febrero de 2019, una nivelación del crecimiento anual en el ejercicio financiero anterior tras varios años de tasas de crecimiento anual de más del 5 %.

El tercer grupo consta de 13 divisas (11 en 2017) donde la demanda de billetes disminuyó en 2018 en términos anuales. En el caso de tres de las divisas, en concreto, el dólar de Brunei, la corona noruega y el rial de Omán, fue al menos el segundo año consecutivo de disminución. Sorprendentemente, la corona sueca no formó parte de este grupo debido a su disminución anual continua entre 2008 y 2017, y a una caída del 36 % durante los cinco años hasta 2017.

En Noruega, el acceso al efectivo ha disminuido y el valor de los billetes de coronas en circulación ha disminuido un 13,7 % desde finales de 2015 tras haber tenido una evolución bastante estable durante varios años previos.

El valor de los billetes del dólar de Brunei en circulación ha disminuido un 10,2 % durante los dos últimos años, y en vista del objetivo de reducir la utilización del efectivo y del cheque, Brunei Darussalam prevé convertirse en una nación de pagos digitales para 2025¹.

Omán no parece tener un objetivo tan ambicioso. Sin embargo, el valor de los billetes de riales en circulación ha disminuido un 10,4 % desde finales de 2015 independientemente del fuerte crecimiento nominal del PIB durante los dos últimos años.

Circulación de billetes en términos de volumen

Tras un trabajo minucioso, el indicador más interesante de la evolución de los billetes, el crecimiento de la cantidad de billetes en circulación o el crecimiento del volumen de billetes, estaba disponible en 92 divisas. El Gráfico 2 ilustra la distribución de estas 92 divisas considerando las tasas de crecimiento de volúmenes de billetes.

Evidentemente, los Gráficos 1 y 2 no son totalmente comparables porque la muestra del Gráfico 2 se basa en unas 50 divisas menos. Sin embargo, pueden extraerse algunas conclusiones interesantes a partir de estas cifras.

En primer lugar, las distribuciones son similares y la mayoría de las divisas tiene una tasa de crecimiento de un dígito también en términos de volumen. La media del crecimiento de volumen anual de estas 92 divisas fue del 4,7 % en 2018 (la media de 65 divisas en 2018 fue del 6,4 %). Esta diferencia entre las tasas de crecimiento de valor y de volumen de billetes en circulación es congruente con las expectativas, y la creciente demanda de billetes obedece, en parte, a la función de reserva de valor que tienen los billetes, para la cual se utilizan los billetes de mayor denominación. Este tema se aborda más adelante; sin embargo, ya a estas alturas es posible concluir que no solo el valor de los billetes en circulación aumenta de forma global o sino también su volumen.

Hay diez divisas que tuvieron un crecimiento negativo del volumen de billetes en 2018. Un dato bastante sorprendente es que una sola, la corona noruega, tuvo tasas de crecimiento anual negativas tanto en términos de valor como de volumen. Todas las otras nueve divisas con un crecimiento anual negativo del volumen tuvieron un crecimiento anual positivo en términos de valor. Esto significa que, en el caso de estas divisas, la proporción de billetes de denominación más alta aumentó en detrimento de billetes de más baja denominación.

También es interesante comparar las tasas de crecimiento anual de volumen y de valor en estas 92 divisas. En este sentido, en el Gráfico 3 las divisas se dividen en tres grupos. 1) las tasas de crecimiento anual de volumen y de valor están dentro de un rango acotado (15 %) (se consideran ‘iguales’), 2) el crecimiento del volumen anual de billetes es al menos un 15 % inferior al crecimiento del valor, y 3) el crecimiento del volumen es al menos un 15 % superior al crecimiento del valor.

En función del Gráfico 3, la gran mayoría de estas 92 divisas tiene un crecimiento de volumen considerablemente inferior al crecimiento del valor. Esto es coherente con la afirmación precedente de que la función de reserva de valor que cumplen los billetes ha aumentado mientras que la proporción, pero no necesariamente el volumen, de las transacciones con billetes ha disminuido.

Un dato interesante es que algunas de las principales divisas como la libra esterlina, el renminbi chino, el euro y el franco suizo, no pertenecen a este grupo mayoritario. Todos ellos tuvieron en 2018 un crecimiento del volumen superior al crecimiento de valor de los billetes en circulación. La mayoría de estas se utilizan también como reserva de valor fuera de sus fronteras, lo que podría haber implicado que el crecimiento de volumen sea inferior al crecimiento de valor. Los motivos por los que esto no es así pueden diferir en el caso de las distintas divisas.

Conclusiones

En términos generales, es posible identificar tres tipos de evolución en relación con la circulación de billetes medidos por valor:

1. divisas, principalmente en los países en vías de desarrollo, con una demanda creciente a una tasa de dos dígitos;

2. divisas de la mayoría de las economías desarrolladas, en particular, en las que la demanda aumenta a tasas de crecimiento de un dígito, y;

3. menos del 10 % de las divisas con una disminución del crecimiento anual de valor en 2018.

Sin embargo, tan solo tres divisas registraron al menos dos años consecutivos de disminución, y solo una de las divisas con crecimiento negativo del valor también tiene un crecimiento negativo del volumen.

En cuanto a los volúmenes de billetes en circulación, en general el crecimiento es más lento que el de los valores en circulación. Esto apunta a la función cada vez más importante que tienen los billetes como reserva de valor, aunque también hay excepciones interesantes a esta regla entre las divisas principales.

En un contexto de evolución constante de los nuevos métodos y hábitos de pago, resulta indispensable que la comunidad de billetes esté atenta a la evolución de varios indicadores, no solo a nivel nacional sino también mundial. Las cifras no son necesariamente indicativas del futuro, pero muestran la tasa de variación y pueden aportar comparaciones interesantes entre países, como se observa en el reciente estudio comparativo entre Canadá y Suecia². En consecuencia, los gestores de tesorería de los bancos centrales deberían evaluar cómo mejorar la disponibilidad de datos sobre el efectivo en sus sitios web.

El sitio web de los bancos centrales es el canal natural que proporciona información a distintos grupos de destino. Para tenerla más actualizada, la información podría consignarse en la de sección estadísticas del sitio web, o al menos en las publicaciones periódicas como los informes anuales o trimestrales. Además del valor y del volumen de los billetes en circulación, sería interesante seguir también la evolución de los volúmenes de producción, las nuevas emisiones de billetes, el procesamiento y la destrucción de billetes a nivel global.

Toda esta información se recopila en los bancos centrales, y solo se trata de identificar el modo adecuado de hacerla pública. Varios bancos centrales ya lo están haciendo. Con suerte, otros bancos centrales entenderán la importancia de contar con información disponible al público sobre la evolución de las divisas durante estos tiempos interesantes. Eso permitiría mejorar la calidad informativa de este tipo de estudios.

La transparencia, que también contribuiría a mejorar la función de gestión de las divisas, va de la mano con la confianza.

¹ Autoriti Monetari Brunei Darussalam Annual Report 2018 p. 14.

² A Tale of Two Countries: Cash Demand in Canada and Sweden, Banco de Canadá, Documento de análisis del personal técnico 2019-7 por Walter Engert, Ben Fung y Björn Segendorf, agosto de 2019.

 

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