El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha publicado esta semana su informe trimestral y en él señala que el efectivo en circulación continúa aumentando, incluso en las economías más avanzadas. A pesar del incremento de los pagos con tarjeta (que también se utilizan para pagos móviles), el gusto por el dinero contante y sonante no se ha resentido. Una de las explicaciones expresadas en el informe es la cualidad de reserva de valor del dinero en efectivo, que parece haber adquirido particular relevancia tras la crisis financiera de 2008.
Desde el año 2000, el uso de efectivo ha aumentado del 7 % al 9 % del PIB en los Estados miembros del Comité de Pagos e Infraestructuras del Mercado (CPIM) y los mayores incrementos se han registrado en Hong Kong y en Japón (en un 9 % y 7 % del PIB, respectivamente).
Los pagos con tarjeta y en efectivo han avanzado en la mayoría de los países, excepto en Rusia y Suecia, donde el uso de las tarjetas ha superado al del efectivo.
“La solidez del dinero en efectivo como institución social nos recuerda la importancia de comprender las funciones económicas del dinero, más allá de las innovaciones tecnológicas”, afirma el asesor económico del BPI Hyun Song Shin. Y, al contrario de lo que nos quieren hacer creer los partidarios de eliminar el efectivo, el dinero tangible continúa ofreciendo ventajas importantes que otros métodos de pago no tienen, por lo que es un pilar fundamental en las economías de todo el mundo.
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