El 86 % de las personas consultadas considera que el acceso al efectivo en tiempos de crisis es muy importante, importante o más importante que antes, según una Encuesta de Percepción Social de Liderazgo en la lucha contra la COVID-19, realizada por el Factual Institute for Advanced Sociological Research en una muestra de 1 000 encuestados.
Más del 20 % de los entrevistados considera que el uso del efectivo es aún más importante en situaciones de crisis, y solo el 16 % piensa que no es importante disponer de efectivo en estas circunstancias. De cara a los próximos meses, la encuesta revela que el 82 % de los entrevistados opina que será importante contar con efectivo. La utilización conjunta de efectivo y tarjetas es considerada la mejor fórmula por el 63 % de los encuestados.
Mientras tanto, el PSOE, el partido socialista gobernante, ha presentado al Congreso un proyecto de ley que busca reducir el umbral existente para los pagos en efectivo hechos en España de 2 500 euros a 1 000 euros, pero que, en definitiva, apunta a eliminar el efectivo por completo. La ley pretende reducir la evasión tributaria, pero parece radicalmente anticíclica en un momento en el que la mayoría de los gobiernos del mundo está tratando de estimular sus economías. La desmonetización en India en 2016 barrió el 1,5 % del PIB del país y tuvo un costo de más de 1,5 millones de empleos, según un informe de 2018 del Banco de la Reserva de la India.
En cuanto a la afirmación de que el efectivo alimenta la economía informal, es un argumento común y de larga data. Ha sido utilizado por Kenneth Rogoff, Larry Summers y Peter Sands y muchos otros. Por un lado, para Yves Mersch, miembro del Consejo del Banco Central Europeo, "No puede establecerse un vínculo estadístico entre el efectivo y las actividades delictivas. El foco debe estar puesto en la lucha contra el delito. El efectivo no puede ser el chivo expiatorio". En otro estudio, el profesor Friedrich Schneider, un experto reconocido internacionalmente en el tema de la economía informal, llegó a la conclusión de que “el efectivo tiene una influencia menor en la economía informal, el delito y el terrorismo, pero puede tener una gran influencia sobre las libertades civiles”. En marzo de 2019, el Deutsche Bundesbank concluyó que “existe una falta de evidencia empírica sobre si medidas tales como la abolición de billetes de gran denominación o la introducción de límites máximos para los pagos en efectivo sería, de hecho, un medio eficaz para combatir la evasión tributaria y otras actividades delictivas.”
Pero la propuesta de España también es incompatible con varios Tratados y Reglamentos Europeos. El 15 de mayo, Christine Lagarde, Presidenta del Banco Central Europeo, escribió al Miembro del Parlamento Europeo Marco Zanni: “Como ya indicó el BCE, cualquier limitación en los pagos en efectivo debe cumplir con el estado de curso legal de los billetes de euros, consagrado en los artículos 128(1) y 282(3) del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Las limitaciones deben ser eficaces y proporcionales en cuanto al logro de los objetivos públicos que se persiguen legítimamente. En este sentido, las autoridades deben tener en cuenta las implicaciones de imponer límites sobre los pagos en efectivo y las posibles consecuencias que ello puede tener en las operaciones habituales de los ciudadanos en determinados segmentos del mercado. En este contexto, el BCE ha observado en declarciones anteriores que el hecho de fijar límites sobre los pagos en efectivo en determinados niveles puede conllevar dificultades para implementar los límites en la práctica”. La carta menciona límites al uso del efectivo, no su prohibición.
El 20 de noviembre de 2019, el Banco Central Europeo (BCE) dirigió un dictamen al Ministro de Finanzas griego sobre un proyecto de ley que exigía a los contribuyentes pagar un determinado monto de sus gastos por medios de pago electrónicos y bajar los límites sobre los pagos de efectivo de €500 a €300. El BCE escribió que “el límite de 500 euros existente sobre los pagos en efectivo para operaciones entre consumidores y los nuevos incentivos tributarios que desalientan el pago de gastos en efectivo por parte de las empresas por un monto superior a 300 euros son desproporcionados a la luz del impacto posiblemente adverso sobre el sistema de pagos en efectivo.”
En 2018, después de una consulta de dos años, la Comisión Europea decidió no imponer limitaciones generales sobre los pagos en efectivo en la UE y concluyó que “si bien el fraude tributario y la utilización de efectivo suelen estar asociados, el estudio demuestra que la relación entre ambos no siempre es clara.” La Recomendación de la Comisión Europea 2010/191/EU establece que la aceptación de los pagos en efectivo debe ser la norma, pero reconoce que el efectivo puede rechazarse por motivos relacionados con el ‘principio de buena fe’, sin que esto constituya un incumplimiento de la condición de moneda de curso legal del efectivo.
Se espera que el Tribunal de Justicia Europeo reglamente las condiciones en virtud de las cuales los gobiernos podrían limitar el uso de la moneda de curso legal de la zona euro, en el marco del caso Häring contra Hessischer Rundfunk.
Durante un webminario de CashEssentials, el profesor Franz Seitz recalcó que el efectivo también era una protección contra el mal comportamiento de los gobiernos.