El efectivo es una solución para contingencias y emergencias

El efectivo es el único instrumento de pago que es en gran medida independiente de la infraestructura técnica. Por eso es esencial, especialmente en situaciones de crisis y emergencia, garantizar que el ciclo del efectivo siga funcionando, ya que los medios electrónicos de pago no están disponibles o sólo lo están de forma limitada.

Ya se ha publicado el programa de la conferencia Future of Cash (Estambul, 6-8 de noviembre). He aquí los grandes temas de la conferencia y los ponentes correspondientes.

A medida que la crisis se desliza inexorablemente hacia una guerra civil, se avecina una inseguridad alimentaria generalizada y duradera. Aunque a corto plazo se necesitará ayuda alimentaria, es probable que la mayor parte de la respuesta consista en transferencias de efectivo. Pero, ¿en qué forma?

En Suecia, el Estado debe garantizar acceso a cuentas de pago a un costo razonable, recomienda la aceptación obligatoria del efectivo y no ve la necesidad de una corona digital.

El Banco Nacional de Austria (OeNB) aconseja guardar en casa una pequeña cantidad de efectivo para casos de emergencia, como un apagón o un ataque cibernético.

Crisis como la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania demuestran la importancia de un ciclo de efectivo resiliente. Varios países están tomando medidas para garantizar el suministro de efectivo en tiempos de crisis.

Los pagos digitales dominan las transacciones al menudeo en Suecia, pero el efectivo no ha perdido relevancia.

Varios bancos colombianos sufrieron caídas de sistema en diciembre, generando malestar en los clientes y evidenciando la vulnerabilidad de las infraestructuras digitales de pago.

Una enorme tormenta invernal provocó cortes de electricidad generalizados en todo Estados Unidos. El efectivo demostró su resiliencia en Buffalo, la zona más afectada.

El Ministerio de Economía irlandés destaca la creciente presión sobre la infraestructura de efectivo debido al cierre de sucursales bancarias y cajeros automáticos, y recomienda un marco legislativo que garantice un acceso razonable al efectivo.

Tras un crecimiento récord en 2020, la demanda mundial de billetes ha vuelto a una situación normal. Más recientemente, el aumento de la inflación y de las tasas de interés ha tenido un impacto negativo en los saldos de efectivo. Más preocupante es la disminución del uso transaccional del efectivo, que ejerce presión sobre la infraestructura del efectivo. La comunidad del efectivo debería argumentar que el efectivo forma parte de una infraestructura pública crítica, cuyo mantenimiento y desarrollo debería financiarse en consecuencia.

En 2019, solo alrededor del 15% del valor del efectivo en circulación en Francia se utilizó para transacciones nacionales, mientras que el 25% se mantuvo por motivos de precaución. Más de la mitad se mantuvo fuera de Francia, principalmente fuera de la zona del euro.