Las monedas digitales de banco central (MDBCs o CBDCs por sus siglas en inglés) son, en este momento, un concepto amplio. Las hay de diferentes formas, tamaños y sabores, y el sabor de cada banco central determinará en última instancia si una CBDC funcionará para la gente. He aquí algunas características estándar:
- Las CBDC no utilizan la tecnología blockchain per se.
- No todas las CBDC serán programables.
- Las motivaciones más citadas para las CBDC son la soberanía monetaria, la eficiencia transaccional, la inclusión financiera y la solidez de los sistemas de pago.
- Las CBDC no están pensadas para que todos los ciudadanos utilicen monederos digitales en lugar de cuentas bancarias; una de las partes más delicadas del diseño de las CBDC es cómo evitar la migración de depósitos porque los bancos centrales saben que podría afectar a la estabilidad financiera.
- La mayoría de los bancos centrales están diseñando CBDC intermediadas, con bancos y proveedores de sistemas de pago como distribuidores de CBDC; de este modo, no sólo los bancos centrales no quieren desplazar el ecosistema de pagos, sino que los bancos centrales podrían tener un acceso (limitado) a los datos similar al de los pagos basados en dinero de bancos comerciales y dinero electrónico.
La lenta adopción de las CBDC en Bahamas y Nigeria sugiere que el caso de uso no está claro y que los bancos centrales deben trabajar más para comprender las necesidades de consumidores y comerciantes. Del mismo modo, después de más de una década, el bitcoinComúnmente se dice que el Bitcoin es una criptomoneda, un medio de intercambio digital desarrollado por un conjunto de autores anónimos bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, que comenzó a funcionar en 2009 como un proyecto comunitario (tipo Wikipedia), sin relación ni dependencia de ningún gobierno, estado, empresa u organismo, y cuyo valor (formado por un complicado sistema de algoritmos matemáticos y criptografía) no está respaldado por ningún banco o autoridad central. Los bitcoins... More y similares no han logrado convertirse en dinero: siguen siendo activos para invertir o apostar, sin un caso claro de medio de cambio, depósito de valor o unidad de cuenta, incluso cuando se declaran de curso legal (por ejemplo, en El Salvador).
Las CBDC no son una bala de plata
Las CBDC no son una bala de plata; aunque tienen defectos, también presentan ventajas significativas. Creo que es imperativo que, a la hora de argumentar a favor o en contra de las CBDC, en un momento en que más de 90 bancos centrales se proponen introducirlas en breve, presentemos un argumento equilibrado a favor y en contra.
Es preciso comprender y aclarar mejor las motivaciones que subyacen al diseño y la adopción de las CBDC. Se ha sugerido que una base primordial entre los gobiernos es infligir el control último sobre las sociedades a través de la ingeniería social. Esto podría decirse de cualquier sistema de pago basado en dinero fiduciario existente en la actualidad. Las arquitecturas de CBDC que se debaten actualmente no implican necesariamente tener acceso a todos los detalles de cómo, cuándo o dónde la gente utiliza las CBDC. Una arquitectura de anonimato por niveles, en la que el anonimato dependa del valor de la transacción, podría favorecer la privacidad y, al mismo tiempo, cumplir los mandatos de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, de forma similar a lo que ocurre actualmente con las transacciones en efectivo en los bancos comerciales. Si los bancos y los proveedores de sistemas de pago son los distribuidores de CBDC, esto podría funcionar aún mejor.
Debemos centrarnos en defender el diseño responsable y adecuado de las CBDC para aliviar los temores asociados a lo desconocido. Necesitamos un debate sobre fundamentos técnicos que esboce los hechos en lugar de hacer presunciones basadas en un amplio sentimiento negativo, lo que los bitcoiners suelen llamar difundir MID (miedo, incertidumbre y duda, o FUD por sus siglas en inglés).
Los pros…
Para empezar, veamos los pros.
- Las CBDC ofrecen una alternativa práctica al uso cada vez menor de efectivo a nivel mundial. El Banco Central Europeo reveló que el efectivo se utilizó para el 59% de las transacciones en puntos de venta en 2022, frente al 72% en 2019. Las CBDC permitirán a las personas de todo el mundo utilizar una forma pública de dinero si o cuando el efectivo se utilice cada vez menos.
- Todo el mundo debería tener una opción accesible para utilizar una forma de dinero público en las transacciones en línea y fuera de línea, en lugar de no tener otra opción que utilizar formas privadas de dinero, es decir, depósitos bancarios, dinero electrónico y stablecoins. Las CBDC garantizarían que todo el mundo tenga acceso directo al dinero del banco central, en última instancia adecuado para el pueblo.
- Las CBDC son una forma de hacer más sólidos y seguros los sistemas de pago locales. Significaría que no dependemos por completo de las infraestructuras de pago extranjeras (por ejemplo, Visa y Mastercard) y que no dependeremos de proveedores de infraestructura poco fiables, no regulados y no supervisados, lo que incluye bitcoin, porque no tenemos garantías de que los nodos de bitcoin funcionen para siempre y de que los desarrolladores actúen en nombre de los usuarios.
- Fomentar un mayor uso de los CBDC reducirá el alcance de la evasión fiscal y el lavado de dinero en transacciones de gran envergadura. Permitirá la aplicación de la normativa contra el lavado de dinero (AML) y el terrorismo, aunque contrarrestada por las posibles implicaciones en torno a la privacidad de los consumidores, que abordaremos en breve.
- Si se diseñan adecuadamente, las CBDC pueden aumentar la inclusión financiera entre quienes no desean o no pueden tener relación con entidades bancarias, emisores de dinero electrónico y emisores de stablecoins. Dado que el uso del efectivo para transacciones está disminuyendo en varias jurisdicciones, una CBDC es una forma viable de proporcionar a la gente acceso a otra forma de dinero del banco central para complementar (no sustituir) el uso del efectivo sin necesidad de una cuenta bancaria. También es una cuestión de soberanía monetaria y resiliencia del sistema de pagos.
Y los contras
Por otro lado, hay que tener en cuenta algunos inconvenientes.
- Un argumento recurrente contra el uso de las CBDC es el impacto en la privacidad de la sociedad. La clave es la legislación de protección del consumidor y el trabajo juicioso de todas las autoridades, congreso, primeros ministros y sociedad. En la actualidad, China suele ponerse como ejemplo de lo que hay que temer cuando los gobiernos pueden utilizar las CBDC para llevar a cabo labores de vigilancia y control político y social. Para preservar la integridad de las CBDC y minimizar al mismo tiempo las amenazas a la privacidad, podría ser conveniente un modelo de anonimato escalonado con bancos y proveedores de sistemas de pago como distribuidores de CBDC.
- Supongamos que las CBDC alcanzan un gran éxito y se adoptan ampliamente. En ese caso, podrían desplazar a las formas privadas de dinero, afectando negativamente a los bancos comerciales y a la economía en su conjunto mediante la desintermediación y un mayor coste del financiamiento. Sin embargo, todos los bancos centrales intentan diseñar las CBDC de forma que esto no ocurra; los bancos centrales buscan un punto óptimo entre una adopción escasa y una adopción masiva que dependerá de las características del diseño, el caso de uso y las complejidades de cada jurisdicción.
- Existen problemas potenciales de inestabilidad financiera. Además del impacto potencial de las CBDC en condiciones benignas, durante los períodos de crisis, una CBDC podría ser percibida como un refugio y aumentar así el riesgo de corridas bancarias. Para contrarrestar esta situación, la mayoría de los bancos centrales están estudiando limitar los saldos de las CBDC. De nuevo, ningún banco central quiere que sus CBDC tengan demasiado éxito hasta cierto punto.
- Los CBDC podrían acelerar la sustitución del efectivo en la sociedad, en mi opinión, un resultado negativo para la sociedad. Sin embargo, los bancos centrales, incluidos el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Estados Unidos, se han comprometido públicamente a garantizar la seguridad y disponibilidad continuas del efectivo, considerando las CBDC como un medio para ampliar las opciones de pago seguras, no para reducirlas o sustituirlas. Es la industria financiera la que ha espoleado la guerra contra el efectivo -no los bancos centrales- y para su beneficio, por supuesto; paradójicamente, la lucha contra el efectivo impulsada por las empresas financieras ha empujado a los bancos centrales a replantearse la provisión de dinero público a través de las CBDC, que ahora temen que afecte a su actividad habitual.
- Por supuesto, los bancos siempre serán vulnerables a fallos operativos en el sistema de pagos, lo que tendría implicaciones negativas tanto desde el punto de vista reputacional como para el funcionamiento de la economía. Pero este riesgo potencial no es exclusivo de los CBDC.
La clave del éxito de las CBDC reside en el diseño adecuado de estas monedas digitales y en las motivaciones y casos de uso fundamentales que subyacen a su implantación. Los bancos centrales deben entender claramente los pros y los contras para aliviar las preocupaciones y las reservas, respaldados por una visión clara de cómo se adoptará una CBDC en función de sus múltiples opciones de diseño.
Hablando de pesadillas orwellianas, es cierto que una CBDC podría ser mal gestionada por un gobierno, ya sea democrático o autoritario. Del mismo modo, también es cierto que otras formas de dinero podrían ser mal utilizadas, incluido el efectivo: ¿sabían que algunos cajeros automáticos pueden leer los números de serie de los billetes? Pero el bitcoin también puede utilizarse con fines orwellianos. En las manos equivocadas, incluso el bitcoin pseudoanónimo y supuestamente descentralizado podría volverse contra el público. No hace mucho, un país latinoamericano dio a bitcoin el estatus de moneda de curso legal y ofreció 30 dólares en bitcoin a la gente que se descargara y registrara en Chivo, el monedero móvil del gobierno; para mí, dar un cebo equivalente a casi tres días de salario mínimo para obligar a la gente a entregar información personal y transaccional a una aplicación que es propiedad y está gestionada por un gobierno que ha sido acusado de autoritarismo es bastante orwelliano.
Quizá no sea el instrumento de pago o la forma del dinero lo que debamos temer. Es el diseño de los instrumentos de pago y su posible uso indebido por parte de gobiernos y bancos centrales. Para que cualquier forma de dinero (o tecnología) funcione a favor -y no en contra- de los ciudadanos, siempre es necesaria una adecuada protección del consumidor, regulación y supervisión del sistema de pagos.
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